domingo, 22 de mayo de 2011

PIE EQUINOVARUS O PIE ZAMBO






El pie equino varo es una deformidad congénita del pie, que se presenta en 1 de cada 1000 niños nacidos vivos y en un 50 % de los casos se presenta en ambos pies.

Las tres deformidades básicas del pie son equino, varo y aducción del antepié, pero también está asociado a torsión tibial interna.

Teoría genética: producido por un trastorno cromosómico primitivo. Apoyan a esta teoría circunstancias como:

Distinta distribución por sexo: 2:1 en favor del sexo masculino.

Mayor frecuencia en ciertos grupos familiares: cuando en una familia nace un niño con pie equino, la posibilidad que nazca un segundo niño con el mismo defecto es muy alta (1:35). En cambio, si no hay antecedentes familiares, la posibilidad es de 1:1000 y se interpreta como consecuencia de la mutación de causa desconocida.

El pie equinovaro, pie equino varo , talipes equinovarus (TEV),pie bot o pie zambo, vulgarmente conocido como pie retorcido... es un defecto de nacimiento, en el que el pie se encuentra torcido o invertido y hacia abajo. Sin tratamiento, las personas afectadas frecuentemente aparentan caminar apoyados en sus tobillos. Es un defecto común de nacimiento, y ocurre en aproximadamente 1 de cada 1000 nacimientos. Aproximadamente el 50% de los casos de pie equinovaro son bilaterales (o sea, sucede en ambos pies). En muchos casos hay una incidencia de dismelia aislada. La incidencia en varones es más alta que en las mujeres.

Causas

Hay diversas causas para el pie equinovaro:
Síndrome de Edward, un defecto genético con tres copias del cromosoma 18
Causas genéticas con una tasa de incidencia alta cuando diversos miembros de la familia poseen la condición.
Influencias externas tales como compresión intrauterina por oligohidroamnios (falta de líquido amniótico) o por síndrome de banda amniótica.
Puede estar asociado con otros defectos de nacimiento tales como espina bífida quística.
Esta malformación congénita está relacionada con el uso de MDMA («éxtasis») durante el embarazo.

[editar] Tratamiento

El pie equinovaro es tratado con manipulación de un cirujano ortopedista, pediatra o fisioterapeuta. Seguido a la manipulación se fija. El «método francés de fisioterapia» usa la fijación para mantener la postura correcta. Las manipulaciones del pie comienzan en una o dos semanas posteriores al nacimiento.

Incluso con un tratamiento exitoso, el pie afectado (o ambos) puede ser más pequeño que el otro, y ese detalle puede ser evidente en comparación a una talla normal. Al aplicar la terapia el fisioterapeuta puede estirar múltiples veces el pie y fijarlo con una férula o enyesarlo a medida que el tratamiento prosigue el médico puede cambiar la medida del enyesado o la férula a fin de lograr un estiramiento paulatino de los tendones. Para evitar una recidiva puede recurrirse al uso de los métodos anteriores hasta la edad de 4 años usando un fijador durante la noche.

PIÉ EQUINOVARUS CONGÉNITO

Es una de las deformidades más graves que puede presentar el pié de un bebé. El pié aparece girado completamente hacia adentro.

Una manera sencilla de comprobar la gravedad es valorando el grado de rigidez. Los casos leves (Posturales) son muy flexibles, mientras que los casos graves (Malformación congénita) son muy rígidos.

En todos los casos, el tratamiento debe ser muy precoz.

Con un buen tratamiento el pronóstico es bueno por lo que respecta a la función del pié.

A pesar de todo, el pié quedará siempre más pequeño, la pierna un poco más delgada y posiblemente más corta.

Manipulaciones
Durante el primer mes se efectúan sesiones de manipulaciones una o dos veces por semana, con la intención de ablandar los tejidos y flexibilizar el pié.

A continuación se procede a vendar el pié. Este vendaje debe ser controlado muy de cerca por parte de los padres y retirarlo en caso de provocar molestias. Se conoce como Vendaje de Hauser.

Otras escuelas prefieren la colocación de yeso, pero nosotros preferimos claramente el vendaje, ya que no presenta peligro de lesión ósea y es más progresivo.

Vendaje de Hauser

Cuando ya ha pasado un mes, si el pié es bastante flexible, procederemos a colocar un aparato ortopédico del tipo férula de Saint Germain o Aparato de Dennis-Brown, también –en casos leves- botitas del tipo bebax.

Si el pié no cede, normalmente se requerirá un tratamiento quirúrgico. Si hemos trabajado mucho con el pié desde el principio, posiblemente alargando el tendón de Aquiles se resuelva el caso.

Si el pié continúa siendo muy rígido, la intervención deberá ser más extensa (Intervención de Codivila o “Medial release”).

Después de la intervención, el niño debe ir enyesado tres o cuatro semanas.

Una vez retirado el yeso, volveremos a los aparatos ortopédicos hasta la total corrección de la deformidad

¿Qué es el pie torcido?
El pie torcido, consiste en ciertas anomalías del tobillo y del pie que generalmente se encuentran presentes al nacer. El defecto puede ser ligero o grave, y puede involucrar a un pie o a ambos. El término médico para el pie torcido es equinovarus. El pie se encuentra torcido hacia dentro y hacia abajo. Si ambos pies están torcidos, los dedos de los pies se enfrentan entre sí en lugar de extenderse hacia delante. A menudo la cuerda del talón es demasiado ajustada, imposibilitando traer el pie hacia arriba hasta una posición normal sin la ayuda de un especialista.

¿Cuáles son algunas de las otras deformidades comunes del pie?
El calcaneovalgus es el tipo más común de deformidad del pie. Hace que el pie esté considerablemente torcido hacia arriba y hacia fuera. En muchos casos, la parte superior del pie puede tocar el borde anterior de la tibia. Por lo general, esta ligera deformidad del pie desaparece sin tratamiento y no tiene efectos perdurables.

El metatarso aducto es otra deformidad ligera del pie en la cual la parte frontal del pie está vuelta hacia dentro. Si bien este defecto está presente en el momento de nacer, puede no ser diagnosticado hasta que el bebé tenga unos pocos meses de edad. Esta condición hace que el niño camine con los pies convergentes. La mayoría de los niños afectados no necesitan tratamiento alguno, puesto que la condición se resuelve por sí sola. Sin embargo, en los casos más serios el niño recibe un tratamiento para ayudar a que el pie funcione mejor y prevenir problemas al ponerse zapatos.

¿Cómo afecta el pie torcido (equinovarus) a un niño?
El pie torcido no produce dolor ni molesta al bebé hasta que llega el momento de ponerse de pie y caminar. Si no se trata al bebé, el tobillo permanece torcido y el niño o la niña no puede mover el pie hacia arriba y hacia abajo como es normal, obligándolo a caminar de manera extraña.

Si los dos pies están afectados (como sucede en alrededor de la mitad de los casos), el niño camina utilizando la parte delantera de la planta del pie o, si los pies están muy torcidos, sobre los lados de los pies y aun sobre la parte superior de los pies en lugar de las plantas. La parte del pie que se utiliza para caminar puede infectarse, puede desarrollar un callo grande y duro y a menudo toda la pierna queda afectada, sin poder crecer como debiera. También se producen cambios artríticos dolorosos.

Cuando sólo uno de los pies está afectado, ese pie y esa pantorrilla son de tamaño menor que los del otro lado.

¿Qué es lo que causa el pie torcido?
En la mayoría de los casos, no se conoce la causa del pie torcido. En el pasado, a menudo se pensaba que los pies del bebé eran torcidos o deformes por el modo en que el bebé yacía en el vientre de su madre. Esto es verdad en el caso de algunas deformidades del pie que se corrigen solas después del nacimiento (incluso el calca neovalgus y el metatarso aducto moderado). Muchos científicos creen que el pie torcido (equinovarus) comienza temprano en el embarazo, probablemente alrededor de la semana 10 ó 12 de gestación.

El pie torcido se debe a una combinación de factores hereditarios y otros factores que pueden afectar al crecimiento prenatal, tal como infecciones, drogas, enfermedades u otros factores dentro o fuera del útero.

Si bien la mayoría de los niños con pie torcido no tienen otros defectos de nacimiento, hay algunos niños que sí. En una minoría de los casos, el pie torcido ocurre como parte de un síndrome que incluye una serie de defectos de nacimiento.

A veces los niños con espina bífida (columna vertebral abierta) tienen pie torcido. La causa de ello es el nervio espinal dañado, que afecta a las piernas. En otros casos sucede que pies que eran normales en el momento del nacimiento se tuercen como resultado de enfermedades musculares o nerviosas.

¿Cómo se tratan el pie torcido y otras deformidades del pie?
El tratamiento del pie torcido (equinovarus) comienza inmediatamente después del nacimiento, a menudo durante la primera semana de vida. El objetivo es obligar suave y gradualmente al pie torcido a que ocupe su lugar para que se pueda mover hacia arriba y hacia abajo. En el método habitual de tratamiento, el doctor tuerce el pie hacia delante todo lo posible sin producir dolor y le coloca un yeso para mantenerlo en dicha posición. Al comienzo se recambia el yeso una vez por semana para ir acercando el pie a su posición normal. Una vez que el pie se ha enderezado, se lo tuerce más hacia arriba para estirar la cuerda del talón. Se mantiene al pie en esta posición de sobrecorrección durante unas pocas semanas para asegurar que no volverá a la posición original cuando se retire el yeso. Por lo general, el tratamiento con yesos dura de tres a seis meses, seguidos del uso de tobilleras o tablillas en forma constante o durante la noche durante períodos de tiempo diversos. Dado que el pie torcido tiende a volver a aparecer durante los primeros siete años de vida, será necesario revisar al niño durante muchos años.

El tratamiento con yesos para el pie torcido funciona en algunos casos. Sin embargo, a menudo la cuerda del talón y otros tendones y músculos del tobillo y del pie son demasiado estrechos para poder ser estirados mediante el uso de yesos y el doctor debe realizar una intervención quirúrgica para alargarlos. Por lo general se recomienda utilizar un procedimiento quirúrgico cuando no se consigue corregir el defecto mediante el uso de yesos durante los primeros tres a seis meses de vida.

La mayoría de los bebés con calcaneovalgus y metatarso aducto no necesitan tratamiento alguno. La gran mayoría de casos de calcaneovalgus se resuelve dentro de los primeros seis meses. A veces se les enseñan ejercicios suaves de estiramiento a los padres para acelerar la mejoría. La mayoría de los casos de metatarso aducto también se resuelve sin tratamiento alguno antes de la edad de tres años. Sin embargo, cuando el pie se mantiene rígidamente en la posición anormal (es decir, cuando al doctor le cuesta trabajo mover el pie y colocarlo en posición normal), se recomienda un tratamiento. Éste puede incluir ejercicios, zapatos ortopédicos o el uso de yesos. Cuando el pie es rígido, debe comenzarse el tratamiento antes de los ocho meses de edad para obtener mejores resultados. En general, no es necesaria una intervención quirúrgica para corregir un metatarso aducto.

Mediante un tratamiento oportuno y experto, la mayoría de los niños con problemas de pie torcido pueden utilizar zapatos normales al crecer, pueden participar en actividades deportivas y llevar vidas normales y activas. Sin embargo, por lo general el pie y la pierna afectados no se desarrollan a la par que la pierna y el pie no afectados. Por lo general la diferencia es leve—la diferencia entre la longitud de las piernas es de una pulgada o menos, y el tamaño de los zapatos de uno y otro pie varía en una o dos unidades. Si no se trata, un pie torcido permanece torcido y crece torcido.

¿Se puede prevenir el pie torcido?
Si bien un tratamiento temprano a menudo permite prevenir la incapacidad producida por el pie torcido, en la actualidad no existe método alguno para prevenir el pie torcido en sí. Un consejero especializado en genética puede ayudar a los padres a comprender las probabilidades que existen en cada embarazo de tener un niño o niña con pie torcido, y el pronóstico de su tratamiento. Por lo general, si el único defecto que tiene el niño al nacer es el pie torcido, las probabilidades de que el pie torcido vuelva a ocurrir en otro embarazo son bajas (alrededor del 3 por ciento).

¿Qué investigaciones se están realizando sobre el pie torcido?
Es raro que un esfuerzo de investigación en busca de la causa y métodos de prevención del pie torcido se concentre exclusivamente en este defecto. Generalmente se halla incluido dentro de estudios científicos de defectos de nacimiento de músculos, nervios y huesos. Hay tantos factores que influyen en la manera en que crecen y se desarrollan los músculos y los huesos de un feto que puede llevar varios años más de estudio hallar los factores que provocan el pie torcido. March of Dimes presta apoyo a muchos estudios sobre el desarrollo de los huesos, los nervios y los músculos del feto y sobre los factores genéticos y del medio ambiente que pueden ejercer influencia sobre este desarrollo.
¿Qué es el pie torcido?
El pie torcido, consiste en ciertas anomalías del tobillo y del pie que generalmente se encuentran presentes al nacer. El defecto puede ser ligero o grave, y puede involucrar a un pie o a ambos. El término médico para el pie torcido es equinovarus. El pie se encuentra torcido hacia dentro y hacia abajo. Si ambos pies están torcidos, los dedos de los pies se enfrentan entre sí en lugar de extenderse hacia delante. A menudo la cuerda del talón es demasiado ajustada, imposibilitando traer el pie hacia arriba hasta una posición normal sin la ayuda de un especialista.

¿Cuáles son algunas de las otras deformidades comunes del pie?
El calcaneovalgus es el tipo más común de deformidad del pie. Hace que el pie esté considerablemente torcido hacia arriba y hacia fuera. En muchos casos, la parte superior del pie puede tocar el borde anterior de la tibia. Por lo general, esta ligera deformidad del pie desaparece sin tratamiento y no tiene efectos perdurables.

El metatarso aducto es otra deformidad ligera del pie en la cual la parte frontal del pie está vuelta hacia dentro. Si bien este defecto está presente en el momento de nacer, puede no ser diagnosticado hasta que el bebé tenga unos pocos meses de edad. Esta condición hace que el niño camine con los pies convergentes. La mayoría de los niños afectados no necesitan tratamiento alguno, puesto que la condición se resuelve por sí sola. Sin embargo, en los casos más serios el niño recibe un tratamiento para ayudar a que el pie funcione mejor y prevenir problemas al ponerse zapatos.

¿Cómo afecta el pie torcido (equinovarus) a un niño?
El pie torcido no produce dolor ni molesta al bebé hasta que llega el momento de ponerse de pie y caminar. Si no se trata al bebé, el tobillo permanece torcido y el niño o la niña no puede mover el pie hacia arriba y hacia abajo como es normal, obligándolo a caminar de manera extraña.

Si los dos pies están afectados (como sucede en alrededor de la mitad de los casos), el niño camina utilizando la parte delantera de la planta del pie o, si los pies están muy torcidos, sobre los lados de los pies y aun sobre la parte superior de los pies en lugar de las plantas. La parte del pie que se utiliza para caminar puede infectarse, puede desarrollar un callo grande y duro y a menudo toda la pierna queda afectada, sin poder crecer como debiera. También se producen cambios artríticos dolorosos.

Cuando sólo uno de los pies está afectado, ese pie y esa pantorrilla son de tamaño menor que los del otro lado.

¿Qué es lo que causa el pie torcido?
En la mayoría de los casos, no se conoce la causa del pie torcido. En el pasado, a menudo se pensaba que los pies del bebé eran torcidos o deformes por el modo en que el bebé yacía en el vientre de su madre. Esto es verdad en el caso de algunas deformidades del pie que se corrigen solas después del nacimiento (incluso el calca neovalgus y el metatarso aducto moderado). Muchos científicos creen que el pie torcido (equinovarus) comienza temprano en el embarazo, probablemente alrededor de la semana 10 ó 12 de gestación.

El pie torcido se debe a una combinación de factores hereditarios y otros factores que pueden afectar al crecimiento prenatal, tal como infecciones, drogas, enfermedades u otros factores dentro o fuera del útero.

Si bien la mayoría de los niños con pie torcido no tienen otros defectos de nacimiento, hay algunos niños que sí. En una minoría de los casos, el pie torcido ocurre como parte de un síndrome que incluye una serie de defectos de nacimiento.

A veces los niños con espina bífida (columna vertebral abierta) tienen pie torcido. La causa de ello es el nervio espinal dañado, que afecta a las piernas. En otros casos sucede que pies que eran normales en el momento del nacimiento se tuercen como resultado de enfermedades musculares o nerviosas.

¿Cómo se tratan el pie torcido y otras deformidades del pie?
El tratamiento del pie torcido (equinovarus) comienza inmediatamente después del nacimiento, a menudo durante la primera semana de vida. El objetivo es obligar suave y gradualmente al pie torcido a que ocupe su lugar para que se pueda mover hacia arriba y hacia abajo. En el método habitual de tratamiento, el doctor tuerce el pie hacia delante todo lo posible sin producir dolor y le coloca un yeso para mantenerlo en dicha posición. Al comienzo se recambia el yeso una vez por semana para ir acercando el pie a su posición normal. Una vez que el pie se ha enderezado, se lo tuerce más hacia arriba para estirar la cuerda del talón. Se mantiene al pie en esta posición de sobrecorrección durante unas pocas semanas para asegurar que no volverá a la posición original cuando se retire el yeso. Por lo general, el tratamiento con yesos dura de tres a seis meses, seguidos del uso de tobilleras o tablillas en forma constante o durante la noche durante períodos de tiempo diversos. Dado que el pie torcido tiende a volver a aparecer durante los primeros siete años de vida, será necesario revisar al niño durante muchos años.

El tratamiento con yesos para el pie torcido funciona en algunos casos. Sin embargo, a menudo la cuerda del talón y otros tendones y músculos del tobillo y del pie son demasiado estrechos para poder ser estirados mediante el uso de yesos y el doctor debe realizar una intervención quirúrgica para alargarlos. Por lo general se recomienda utilizar un procedimiento quirúrgico cuando no se consigue corregir el defecto mediante el uso de yesos durante los primeros tres a seis meses de vida.

La mayoría de los bebés con calcaneovalgus y metatarso aducto no necesitan tratamiento alguno. La gran mayoría de casos de calcaneovalgus se resuelve dentro de los primeros seis meses. A veces se les enseñan ejercicios suaves de estiramiento a los padres para acelerar la mejoría. La mayoría de los casos de metatarso aducto también se resuelve sin tratamiento alguno antes de la edad de tres años. Sin embargo, cuando el pie se mantiene rígidamente en la posición anormal (es decir, cuando al doctor le cuesta trabajo mover el pie y colocarlo en posición normal), se recomienda un tratamiento. Éste puede incluir ejercicios, zapatos ortopédicos o el uso de yesos. Cuando el pie es rígido, debe comenzarse el tratamiento antes de los ocho meses de edad para obtener mejores resultados. En general, no es necesaria una intervención quirúrgica para corregir un metatarso aducto.

Mediante un tratamiento oportuno y experto, la mayoría de los niños con problemas de pie torcido pueden utilizar zapatos normales al crecer, pueden participar en actividades deportivas y llevar vidas normales y activas. Sin embargo, por lo general el pie y la pierna afectados no se desarrollan a la par que la pierna y el pie no afectados. Por lo general la diferencia es leve—la diferencia entre la longitud de las piernas es de una pulgada o menos, y el tamaño de los zapatos de uno y otro pie varía en una o dos unidades. Si no se trata, un pie torcido permanece torcido y crece torcido.

¿Se puede prevenir el pie torcido?
Si bien un tratamiento temprano a menudo permite prevenir la incapacidad producida por el pie torcido, en la actualidad no existe método alguno para prevenir el pie torcido en sí. Un consejero especializado en genética puede ayudar a los padres a comprender las probabilidades que existen en cada embarazo de tener un niño o niña con pie torcido, y el pronóstico de su tratamiento. Por lo general, si el único defecto que tiene el niño al nacer es el pie torcido, las probabilidades de que el pie torcido vuelva a ocurrir en otro embarazo son bajas (alrededor del 3 por ciento).

¿Qué investigaciones se están realizando sobre el pie torcido?
Es raro que un esfuerzo de investigación en busca de la causa y métodos de prevención del pie torcido se concentre exclusivamente en este defecto. Generalmente se halla incluido dentro de estudios científicos de defectos de nacimiento de músculos, nervios y huesos. Hay tantos factores que influyen en la manera en que crecen y se desarrollan los músculos y los huesos de un feto que puede llevar varios años más de estudio hallar los factores que provocan el pie torcido. March of Dimes presta apoyo a muchos estudios sobre el desarrollo de los huesos, los nervios y los músculos del feto y sobre los factores genéticos y del medio ambiente que pueden ejercer influencia sobre este desarrollo.

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