jueves, 5 de mayo de 2011

INMUNIZACIONES EN EL NIÑO






Los niños reciben la primera vacunación al nacer. Las vacunas están programadas a lo largo de toda la niñez, y muchas de ellas deben aplicarse en los primeros meses de vida. Si usted sigue un programa regular, y garantiza la vacunación oportuna del niño, estará asegurándole la mejor defensa contra enfermedades infantiles peligrosas.Se denomina inmunización o vacuna al proceso para iniciar o aumentar la resistencia frente a una enfermedad infecciosa.

Información General

La respuesta inmune protege al cuerpo contra la enfermedad. Los niños nacen con una inmunidad natural contra la enfermedad gracias a la transmisión de anticuerpos de la madre al feto a través de la barrera placentaria. Esta inmunidad se mantiene durante el periodo en que los niños son amamantados al pecho.

La vacunación es un medio de desencadenar la inmunidad adquirida. Esta es una forma especializada de inmunidad que aporta protección duradera contra antígenos específicos, responsables de ciertas enfermedades.

Se administran dosis pequeñas de un antígeno (como por ejemplo virus muertos o debilitados) con el fin de activar la memoria inmune (mecanismo complejo, en el que intervienen células especializadas de la sangre que son capaces de reconocer el antígeno y responder rápidamente a su presencia).

La memoria inmune permite al cuerpo reaccionar rápida y eficientemente a la exposición futura a gérmenes, toxinas, etc. antes de que puedan causar daño (el cuerpo construye una defensa ante la enfermedad). La vacunación es uno de los mejores medios para protegerse contra muchas enfermedades contagiosas.

Actualmente hay cuatro tipos diferentes de vacunas disponibles.
•Virus vivos pero debilitados (atenuados). Se usan en la vacuna de la polio oral y en la vacuna triple vírica (sarampión - rubeola - paperas).
•Virus o bacterias muertos (inactivados). Por ejemplo, en la vacuna de la tosferina se utilizan bacterias inactivadas.
•Las vacunas toxoides contienen una toxina producida por bacterias o virus. Por ejemplo, las vacunas del tétanos y la difteria son de este tipo.
•Las vacunas biosintéticas contienen sustancias sintéticas (hechas por el hombre).
Por ejemplo, el Hib (Haemophilus influenzae tipo B) es una vacuna biosintética que contiene dos antígenos que se combinan para formar una molécula "conjugada" que incita al sistema inmune a producir anticuerpos efectivos contra esa enfermedad.

La importancia de las inmunizaciones:

La inmunización es la clave para prevenir la enfermedad entre la población general. Las vacunas benefician tanto a las personas que reciben la vacuna como a las personas no vacunadas y vulnerables que se encuentran a su alrededor, porque la infección ya no podrá propagarse. Además, las inmunizaciones reducen el número de muertes y las discapacidades ocasionadas por infecciones como, por ejemplo, la tos ferina y la varicela.

Aunque los niños reciben la mayoría de las vacunas, los adultos también necesitan actualizar ciertas vacunas, por ejemplo la del tétanos y la difteria. Además, aquellos adultos que nunca tuvieron varicela o sarampión durante su infancia (ni se han vacunado contra estas enfermedades) deberían considerar el ser vacunados. Las enfermedades de la infancia como las paperas, el sarampión y la varicela pueden causar complicaciones graves en los adultos.

Actualmente, muchas enfermedades infantiles pueden prevenirse siguiendo las pautas de vacunación recomendadas.•Vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR).


•Vacuna contra la poliomielitis (IPV).


•DTaP - para protegerlos contra la difteria, el tétanos (trismo) y la pertusis (tos ferina).


•Vacuna Hib - para protegerlos contra el Haemophilus influenzae tipo b (que causa meningitis espinal).


•HepB - para protegerlos contra la hepatitis B.


•Vacuna antineumocócica (PCV7) - para protegerlos contra la neumonía, la infección de la sangre y la meningitis.


•Vacuna antivaricela - para protegerlos contra la varicela.
Reacciones a las inmunizaciones:

Descripción de las inmunizaciones
Vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina acelular (DTaP)
La inmunización contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (tos convulsa) es importante, ya que todas estas enfermedades pueden ser mortales. La tos ferina es una enfermedad muy peligrosa, especialmente para los bebés pequeños. El riesgo de sufrimiento y de muerte provocado por la tos ferina supera ampliamente a los posibles efectos secundarios de la vacuna. Un niño que no ha sido inmunizado contra la tos ferina tiene una probabilidad de 1 en 3.000 de contraer esta enfermedad. En cambio, un niño que ha recibido la vacuna tiene una probabilidad de 1 en 2 millones de desarrollar trastornos neurológicos como consecuencia de la misma. El riesgo de que un niño se contagie de tos ferina aumenta si disminuye el número de niños inmunizados.

Vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina acelular y vacuna antipoliomielítica inactivada (DTaP-IPV)
Esta vacuna es igual a la anterior, salvo que contiene también la vacuna antipoliomielítica inactivada. La vacuna antipoliomielítica protege a los niños de esta enfermedad hoy en día poco común pero igualmente discapacitante. La forma inactivada se recomienda hoy para todas las dosis de vacuna antipoliomielítica.

Vacuna triple viral (contra sarampión, paperas y rubéola) o MMR por su sigla en inglés
Los recientes brotes de sarampión en escuelas secundarias y universidades han hecho necesario que los niños reciban dos dosis de la vacuna MMR. Se debe aplicar la primera dosis a los 12 meses de vida, mientras que la segunda puede ser a los 18 meses o a los 4-6 años. Estas enfermedades están prácticamente erradicadas de Canadá, sin embargo, pueden reaparecer si los niños no reciben una vacunación completa.

Vacuna conjugada de Haemophilus influenzae tipo b (Hib)
Haemophilus influenzae es un tipo de bacteria responsable de varias enfermedades que ponen en riesgo la vida de los niños pequeños, como meningitis, epiglotitis y neumonía. Antes de que existiera la vacuna, una gran cantidad de niños desarrollaba meningitis por H. influenzae todos los años. Algunos morían y otros quedaban con retraso mental, ciegos, sordos, o desarrollaban parálisis cerebral como resultado de la enfermedad. Gracias a la vacuna, la infección por H. influenzae de tipo B ha dejado de ser común. La vacuna Hib no protege contra las neumonías y meningitis causadas por virus.

Vacuna contra la hepatitis B (Hep B)
La vacunación contra la hepatitis B previene este tipo de hepatitis y el daño grave al hígado que puede presentarse de 20 a 30 años después de que la persona se infecta por primera vez. Un número importante de adultos muere cada año de cáncer de hígado o cirrosis relacionados con hepatitis. Cuanto más joven sea la persona que contrae la infección, mayor será el riesgo de problemas serios.

Si su niño no fue vacunado contra la hepatitis B cuando bebé, pregunte al médico si debe recibir las dosis. Su niño necesita un total de 3 dosis de vacuna contra la hepatitis B.

Vacuna contra la varicela (Var)
La vacuna contra la varicela se administra generalmente entre los 12 y los 18 meses, pero se puede administrar a niños mayores si todavía no han recibido la vacuna ni han tenido la enfermedad. Los niños de 13 años o mayores deben recibir dos dosis espaciadas por al menos cuatro semanas.

La eficacia de la vacuna para prevenir la varicela es del 70 al 90%. Si un niño contrae varicela a pesar de estar vacunado, presentará una forma mucho más leve de la enfermedad. Al vacunarlo, usted reduce la probabilidad de perder días escolares o laborales, sufrir infecciones en la piel, incurrir en gastos médicos o padecer herpes más adelante.

Vacuna antineumocócica (PCV7)
Las infecciones neumocócicas son infecciones bacterianas graves que pueden causar neumonía, infecciones del torrente sanguíneo y meningitis. La vacuna antineumocócica protege contra los siete tipos de bacterias neumocócicas que causan la mayoría de las enfermedades más graves. La vacuna previene también un pequeño porcentaje de infecciones del oído provocadas por neumococos.

Hoy en día se recomienda el uso rutinario de vacunas antineumocócicas en bebés y niños pequeños. Algunos niños mayores con enfermedades graves como anemia falciforme también pueden beneficiarse de la vacuna.

Vacuna antimeningocócica (Men-C)
La inmunización contra esta infección seria y potencialmente fatal tiene lugar en la infancia. Si la inmunización comienza a los 2 meses de vida, se recomiendan tres dosis; si comienza entre los 4 y 11 meses, se recomiendan dos dosis; y si comienza a los 12 meses o más tarde, se recomienda una dosis.

Vacuna antigripal
Se recomienda que los niños sanos de entre 6 y 23 meses reciban la vacuna antigripal, ya que este grupo etario corre mayor riesgo de enfermarse gravemente o de necesitar atención hospitalaria a causa de la gripe. También se recomienda que reciban la vacuna antigripal todos los años los niños mayores de seis meses que presentan ciertos factores médicos de riesgo. La vacuna también se puede administrar a cualquier persona con el fin de prevenir la gripe. Consulte con su médico para obtener mayor información.

Vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH)
Es conveniente que las niñas con edades comprendidas entre 13 y 19 años reciban la vacuna contra el virus del papiloma humano (HPV), ya que este virus puede llevar al desarrollo de cáncer de cuello uterino más adelante.

Otras vacunas
Vacuna contra la hepatitis A
La vacuna contra la hepatitis A se recomienda en niños y adolescentes que viven en determinadas regiones geográficas, y en ciertas personas en alto riesgo. Para mayor información, hable con su médico o con el departamento de salud pública local.

Vacuna contra el rotavirus
Las vacunas activas contra el rotavirus se introdujeron a comienzos de 2006. Una de las vacunas contra el rotavirus consiste en una cepa de rotavirus viva que se administra en dos dosis orales espaciadas por uno o dos meses. La otra vacuna también es una vacuna viva que se administra en tres dosis orales espaciadas por 4-10 semanas. Su pediatra podrá darle información sobre la disponibilidad de estas vacunas y sobre la vacunación de su niño.

Razones para no vacunar a su niño
Si alguna de las siguientes condiciones es aplicable a su niño, hable con su médico antes de vacunarlo:

Su niño tuvo una reacción alérgica a una vacuna anterior.

Su niño sufre de epilepsia o padece una enfermedad neurológica grave.

Su niño tiene inmunidad deficiente. Los niños con sistemas inmunológicos débiles no deben recibir vacunas con virus vivos tales como la vacuna contra la varicela o la MMR. Dado que el virus de estas vacunas vive y se reproduce dentro de la persona vacunada, pueden provocar la enfermedad misma si el sistema inmunológico es muy débil.

Su niño es alérgico al huevo. Los niños que tienen una alergia seria al huevo no deberían recibir la vacuna antigripal. Sin embargo, los niños alérgicos al huevo pueden recibir todas las inmunizaciones de rutina. Si bien las vacunas contra el sarampión y las paperas se elaboran a partir de cultivos de células de pollo, las proteínas de huevo se quitan de estas vacunas, por lo que es posible vacunar al niño sin tener que realizarle pruebas en la piel para determinar la alergia al huevo.
Razones injustificadas para no vacunar a su niño
Algunas precauciones innecesarias han llevado a los padres a posponer o cancelar las inmunizaciones programadas. Las circunstancias siguientes no son razones para posponer o cancelar la inmunización. Es decir, un niño puede vacunarse aun si una o más de las siguientes condiciones es verdadera:

El niño ha presentado dolor, enrojecimiento o inflamación en el sitio de inyección después de una dosis previa de DTaP.
El niño ha tenido fiebre de menos de 40,5 °C (105 °F) después de una dosis previa de DTaP.
El niño padece una enfermedad leve como resfrío, tos o diarrea, sin fiebre.
El niño se está recuperando de una enfermedad leve como resfrío, tos o diarrea.
El niño ha estado expuesto recientemente a una enfermedad infecciosa.
El niño está tomando antibióticos.
El niño nació prematuramente.
La madre del niño está embarazada.
El niño es lactante.
El niño tiene alergias, a menos que sea alérgico al huevo.
La familia del niño tiene antecedentes de convulsiones o de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
Como cualquier medicamento, las vacunas pueden causar reacciones, usualmente en forma de dolor en el brazo o fiebre baja. Aunque las reacciones graves son raras, pueden suceder y el médico de su hijo o la enfermera pueden discutirlas con usted antes de administrar las inyecciones. Sin embargo, los riesgos de contraer las enfermedades contra las cuales las inmunizaciones proporcionan protección son mayores que los riesgos de presentar reacción a la vacuna.

Cómo tratar las reacciones leves de los niños a las vacunas:

Los niños pueden necesitar más cariño y cuidados después de recibir la inmunización debido a que las vacunas que los protegen de contraer enfermedades graves también pueden causarles molestias durante cierto tiempo. Los niños pueden experimentar irritabilidad, fiebre y dolor después de recibir las inmunizaciones.



La aspirina y el riesgo del síndrome de Reye en losniños

No le dé aspirina a un niño que tenga fiebre sin consultar primero con el médico del niño. La aspirina, cuando se les da a los niños como tratamiento de las fiebres víricas, se ha asociado con el síndrome de Reye, un trastorno infantil que puede ser grave o incluso mortal en los niños. Debido a ello, los pediatras y otros profesionales de la salud recomiendan que no se utilice aspirina para tratar la fiebre de los niños

•Fiebre
NO LE DÉ ASPIRINA. Usted puede darle acetaminofén, un medicamento que ayuda a disminuir el dolor y la fiebre, siguiendo las indicaciones del médico de su niño.


Déle a su hijo líquidos en abundancia.




Vista al niño con poca ropa. No cubra o envuelva a su hijo apretadamente.




Déle a su hijo un baño de esponja con poca agua tibia (¡no fría!).




•Hinchazón o dolor
NO LE DÉ ASPIRINA. Usted puede darle acetaminofén, un medicamento que ayuda a disminuir el dolor y la fiebre, siguiendo las indicaciones del médico de su niño.


Se puede aplicar una toallita fresca y limpia sobre el área dolorida según se necesite para mayor comodidad.


Si se producen síntomas más graves, llame inmediatamente al médico de su hijo. Estos síntomas pueden incluir:

Un área grande de enrojecimiento e hinchazón alrededor de la zona donde se ha administrado la inyección. La zona cutánea puede estar caliente al tocarla y muy sensible. Puede haber también vetas rojas en la zona inicial de la inyección.



•Fiebre alta.


•El niño está pálido o cojea.


•El niño llora incesantemente por varios minutos.


•El niño tiene un llanto extraño que no es normal (llanto con tono alto).



Temblores, espasmos o sacudidas bruscas del cuerpo.

Las vacunas pueden hacerlo inmune a enfermedades graves sin tener que enfermarse primero. Sin la vacuna, es necesario que contraiga verdaderamente la enfermedad para poder hacerse inmune al germen que la produce. Las vacunas funcionan mejor cuando se administran a ciertas edades. Por ejemplo, los niños no reciben la vacuna contra el sarampión hasta que tienen al menos un año de edad. Si se administra antes puede no funcionar adecuadamente. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades publican un calendario de vacunación infantil.

Aunque algunas de las vacunas que recibe en la infancia le brindan protección por muchos años, los adultos también necesitan inmunizaciones.

Las inyecciones pueden doler un poco... ¡pero las enfermedades que pueden evitar pueden doler mucho más! Las inmunizaciones o vacunas son esenciales. Protegen contra enfermedades como el sarampión, paperas, rubéola, hepatitis B, polio, difteria, tétano y pertusis (tos ferina). Las vacunas son importantes tanto para los adultos, como para los niños. He aquí por qué.

El sistema inmunológico ayuda a que su cuerpo luche contra los gérmenes mediante la producción de sustancias para combatirlos. Una vez que lo hace, el sistema inmunológico "recuerda" el germen y puede luchar contra él nuevamente. Las vacunas contienen gérmenes muertos o debilitados. Cuando se le administra a una persona sana, la vacuna desencadena una respuesta del sistema inmunológico para que responda, creando inmunidad.

Antes de existir las vacunas, las personas solamente podían ser inmunes cuando verdaderamente contraían la enfermedad y sobrevivían a ella. Las inmunizaciones son una manera más fácil y menos riesgosa de hacerse inmune.

Reacciones a la inmunización y las vacunas:

Al igual que cualquier otro medicamento, las vacunas pueden causar reacciones,

generalmente en forma de dolor en el brazo o poca fiebre. Aunque las reacciones graves son raras, pueden suceder, y el médico de su hijo o la enfermera pueden comentarlas con usted antes de administrar las inyecciones. Sin embargo, los riesgos de contraer las enfermedades contra las que protegen las vacunas son mayores que los riesgos de presentar una reacción a la vacuna.

Tratamiento de las reacciones leves a las vacunas en los niños:

Los niños pueden necesitar más cariño y cuidados después de recibir la vacuna, ya que las vacunas, que evitan que contraigan enfermedades graves, también pueden causarles molestias por algún tiempo. Los niños pueden experimentar irritabilidad, fiebre y dolor después de haber sido vacunados.

Actualización 2008

El esquema actual de inmunizaciones en Venezuela es producto de actualizaciones publicadas en el año 2008, en la que se omite la dosis anti poliomielitis para el recién nacido, recomendandose además la administración por vía parenteral de esa vacuna. Otras medidas publicadas como parte de la actualización de inmunizaciones es la dosis de anti-hepatitis B en las primeras 24 horas de vida de un neonato producto de una madre con serología para hepatitis B no documentada. Para hijos de madres con serología positiva para hepatitis B, se recomienda una dosis inicial en las primeras 12 horas de vida.

Para la vacuna anti-Haemophilus influenzae se recomienda el refuerzo entre los 12 y 18 meses de vida. Para niños no inmunizados, se cumple una sola dosis desde los 15 meses hasta los 5 años.

Para la vacuna triple bacteriana DPT, se cumple el refuerzo entre los 4 y 6 años de edad. Desde los 7 a 10 años se refuerza con la vacuna DT, mientras que para mayores de 10 años de edad con la vacuna dT o TT. El refuerzo ocurre subsiguientemente cada 10 años con la dT o TT. Se recomienda la vacuna TT para embarazadas en el segundo y tercer trimestre y una dosis anual por tres años después del parto.
LA CADENA DE FRIO DE LAS VACUNAS.CONCEPTO.

Se define como cadena de frío a la serie de elementos y actividades necesarios para garantizar la potencia inmunizante de las vacunas desde su fabricación hasta la administración de éstas a la población. Es preciso no obstante señalar que este concepto se ha ampliado en los últimos años, especialmente en los países donde la vacunación a pasado a ser una actividad generalizada y llevada acabo mediante programas de inmunización.Como finalidad de optimizar la eficacia y la eficiencia de estos programas, ha sido preciso contemplar, además del abastecimiento de vacunas a la población en condiciones óptimas de conservación (clásicamente definido como mantenimiento de la cadena de frío), una planificación operativa que permita garantizar la calidad integral de la vacunación. Esta planificación es la que se denomina logística de los programas de inmunización.

FASES DE LA CADENA DE FRIO

Desde que se fabrican hasta que se administran, las vacunas pasan por las fases de distribución, almacenamiento y manipulación. Las actividades y recursos necesarios para desarrollar los programas de vacunas, varían sensiblemente en cada una de estas fases. Al realizar la planificación logística, habrá que adecuar los recursos y las actividades de cada una de las fases de frío, al nivel donde se aplique

ELEMENTOS DE LA CADENA DEL FRIO

Recursos Humanos
La complejidad en la planificación, la gestión y la ejecución de los programas de inmunización, es cada vez mayor. El incremento de las vacunaciones infantiles, la potenciación de la vacunación de la población adulta y la aparición de nuevas vacunas, son entre otras, las causas del incremento de los programas de vacunaciones, en los últimos años. Este incremento hace cada vez mas evidente la necesidad de adecuar los recursos humanos a las nuevas características de estos programas.En este sentido, tanto especialistas en la cadena del frío como en logística, coinciden en que un elemento clave para el buen funcionamiento de los programas de vacunación es la figura del responsable de vacunas, siendo necesaria la designación de un responsable de vacunas en cada nivel de aplicación La persona designada estará formada en todos los aspectos relativos a la cadena de frío, a la logística, y a la termoestabilidad de las vacunas. Como principales actividades, el responsable de vacunas tendrá asignado el control y cuidado del equipamiento así como la coordinación y ejecución de todas aquellas actividades relativas a la gestión de los programas de inmunización, en su ámbito de competencia.


Recursos materiales
Existen en el mercado una gran diversidad de artículos para el transporte, almacenaje, distribución y aplicación de vacunas. Por esta razón es importante antes de adquirir cualquiera de ellos, hacer un estudio de las necesidades y adaptar los elementos a éstas. De no ser así, puede ocurrir, por ejemplo, que al comprar una nevera para un centro vacuna no se tenga en cuenta que ésta ha de disponer de congelador para acumuladores;también pude suceder, que disponiendo de una gran cámara frigorífica, no se disponga de termógrafo o, comio se ha observado en múltiples ocasiones, que la capacidad de la cámara o nevera no sea la adecuada al volumen medio de vacunas a almacenar.


LOGISTICA DE LOS PROGRAMAS DE INMUNIZACION. CONCEPTO

El termino de logística, fue defido en 1836 como el arte de practicar el movimiento de las tropas. En la actualidad, este concepto militar, ha evolucionado y completa además del movimiento de las tropas, su evacuaciones y hospitalización del personal, aspectos como el diseño, desarrollo, adquisición, almacenamiento y distribución de los materiales. La aplicación de la logística, se ha ido incluyendo en otros campos como por ejemplo en la industria, donde se entiende por logística el estudio completo del movimiento de materiales que comprenden el de las materias primas, desde su origen, hasta la expedición del producto acabado, con la finalidad de llegar al mercado o al cliente. La sanida, es otro de los campos donde la aplicación de la logística se ha incorporado. Así pues, en la actualidad el termino logística de la salud engloba desde la fabricación de productos farmacéuticos-sanitarios, hasta su distribución, almacenamiento, administración al usuario y eliminación de los residuos sanitarios generados.

Niveles de aplicación de la planificación logística en los programas de inmunización


Las políticas y estrategias nacionales de salud han sido objeto de cambios en un gran numero de países después de la segunda evaluación de "La salud para todos" en 1991. Las modalidades de organización de los sistemas de salud han sido adaptados o lo están siendo en consecuencia. En este sentido, se observa una tendencia mundial hacia la descentralización. Aunque esta descentralización exige una dotación importante de personal suficientemente formado en aspectos de gestión, es obvio su impacto positivo sobre la organización de los sistemas de salud. Este impacto positivo, se ha manifestado de forma importante en la ejecución de los programas de inmunización. La descentralización de éstos por niveles de aplicación y la planificación logística para llevarlos a cabo ha comportado, sin duda, la optimización de Tos recursos, una mejor calidad en la gestión y un incremento de las coberturas como consecuencia de la aproximación de las vacunas a la población. Así pues, aunque la planificación y ejecución de los programas de vacunación dependerá de la organización sanitaria del territorio en cuestión, se proponen cuatro niveles de aplicación de la planificación logística en los programas de inmunización, que cabría contemplar en una estructura descentralizada.

Nivel Central

Se definirá como nivel central aquel cuyo ámbito de actuación abarque todo el territorio. Correspondiendo a este nivel la definición de políticas vacúnales, la concepción y planificación de programas, así como seguimiento y evaluación de los mismos. También se atribuirá a este nivel la compra de las vacunas con la finalidad de aumentar la eficiencia de los programas.

Nivel Regional

Será aquel cuya demarcación abarque una parte del territorio. Al nivel regional le corresponderá la gestión de coordinación, supervisión y control de los programas de inmunización en el ámbito de su demarcación.La distribución de vacunas en estas demarcaciones se realizará a través de los Centros de Distribución Regionales (CDR), los cuales dependerán funcionalmente del Nivel Central.

Nivel Sectorial

Así se definirá el nivel cuyo ámbito de actuación comprenda un determinado territorio de la demarcación regional. Las atribuciones serán las mismas que las del nivel regional, es decir la coordinación, supervisión y control de los programas de vacunas en su demarcación territorial. Es aconsejable la creación de este nivel cuando las características geosociales im~iquen una densidad poblacional muy alta o las distancias intracentros sean muy grandes. La distribución de vacunas en este nivel se llevará a cabo mediante los Centros de Distribución Sectoriales (CDS), los cuales dependerán funcionalmente de su Centro de Distribución Regional.

Centro

Se definirá como Centro Vacuna (CV), el lugar del centro sanitario donde se lleven a cabo las actividades relativas a los programas de inmunización. Correspondiendo a este nivel la coordinación y la ejecución de los programas de inmunización a nivel local. En los municipios con una densidad poblacional elevada se podrán crear varios CV, atribuyendo a cada uno de ellos la coordinación y la ejecución de los programas en su ámbito de cobertura poblacional. Todos los centros vacúnales estarán adscritos a un centro de distribución sectorial y / o regional del cual dependerán funcionalmente.

Aplicación de la Logística en las fases de la Cadena del Frío


El éxito de la ejecución o de la implantación de un programa, de un proyecto o de una intervención, depende de un conjunto de elementos que van desde la elección de las estrategias a utilizar con los individuos implicados, hasta el del de la estructuración y de la clasificación de operaciones. En este sentido, como ya se ha mencionado anteriormente, la planificación logística aplicada a los programas de vacunación coníleva, además del análisis del equipamiento necesario, la ordenación de actividades que han de llevarse a cabo en cada una de las fases de la cadena del frío.Los recursos necesarios y la organización de actividades a realizar, variarán no sólo en función de la fase que se trate, sino también del nivel donde se aplique la planificación logística. Teniendo en cuenta estos aspectos, en esta sección se especifican los recursos y las actividades clasificados según la fase de la cadena del frío y adaptados al nivel de aplicación.

Distribución de Vacunas

Desde que las vacunas salen del Taboratorio fabricante hasta que llegan a la población, pasan por varios niveles de distribución y almacenaje debiendo garantizarse en todos ellos el mantenimiento de la vacuna a la temperatura conveniente. En este apartado se describen los distintos niveles de distribución de vacunas en una estructura descentralizada, desde su recepción en los Centros de Distribución Regionales, hasta que son administradas a la Población

Niveles de distribución

Una vez realizada la compra desde el nivel central a los laboratorios, éstos distribuyen Tas vacunas a los distintos Centros de Distribución Regionales en función de Ta previsión realizada por cada uno de ellos. Una vez recibida y almacenada la vacuna en Tos Centros de Distribución Region~es (CDR), éstos abastecen a los centros vacunales (CV) mediante eT envío de vacunas a Tos Centros de Distribución Sectoriales (CDS) o, en el caso de que no exista este nivel intermedio, suministrando la vacuna directamente al CV. Este sería el esquema de distribucióu vertical o salida regular de vacunas. No obstante, Ta distribución de vacunas no siempre sigue este esquema y es frecuente el movimiento de vacunas entre centros deT mismo nivel. En algunas ocasiones para cubrir rupturas de estoc (incremento inesperado del consumo, ruptura de la cadena del frío, etc.) y en otras, con el objetivo de mantener la calidad de los estocs, trasvasando la vacuna tributaria a caducar para que sea la primera en utilizarse. Este segundo esquema se define como distribución horizontal o salida irregular. Para Ta gestión de Tos programas de vacunas es importante poder discriminar las entradas de vacunas según sea su procedencia (regular o irreguTar ) y las salidas según su destino (regular o irregular). Las salidas de vacuna de un almacén no siempre son para abastecer a otro aTmacén o centro vacunaT. Este sería el caso de las vacunas caducadas y/o deterioradas. No obstante, no correspondiendo este tipo de salidas a una distribución si no a una baja de estocs, se tratará en el apartado de almacenaje de vacunas.

Equipamiento para la recepción y distribución de vacunas

- Vehículos frigoríficos
- Neveras portátiles
- Cajas isotérmicas
- Porta-vacunas
- Acumuladores de frío
- Controladores de temperatura para el transporte de vacunas
- Prendas aislantes para los manipuladores de vacunas en cámaras frigoríficas
- Guantes para la manipulación de vacunas manufacturadas con nieve carbónica

Para la distribución de vacunas entre los niveles antes mencionados pueden utilizarse neveras portátiles, cajas isotérmicas o porta-vacunas. La utilización de uno u otro elemento vendrá condicionado por: a) el tipo de vacunas a transportar; b) el volumen; c) la temperatura ambiente durante el transporte y d) el tiempo máximo de recorrido
Como norma general deberán utilizarse neveras portátiles dotadas de acumuladores de frío y controlador de temperatura.
Cuando se trate de transportar grandes volúmenes de vacuna y no se pueda disponer de un número suficiente de neveras portátiles, se podrán utilizar cajas isotérmicas, dotándolas así mismo de acumuladores de frío y controlador de temperatura.
Los porta-vacunas sólo deben utilizarse para el traslado de vacunas cuando se trate de pequenas cantidades y corto recorrido, como por ejempío para realizar las vacunaciones fuera del centro vacunal. Estos también deberán contener acumuladores de frío y controlador de temperatura.
En todo caso deberá tenerse en cuenta la "duración de la refrigeración", es decir el tiempo que tarda, sin aberturas, la temperatura interior en pasar de -30 C a + 10 0C tras la exposición a una temperatura ambiente de 430C.

En general, la duración de la refrigeración o autonomía, suele ser:

Para porta-vacunas: entre 7-36 horas


Para las neveras portátiles de mayor cubicaje : entre 76 481 horas


Para cajas isotérmicas: de 50 a 50 horas


La utilización de vehículos frigoríficos para la distribución de vacunas entre estos niveles solo estaría aconsejada para la distribución en campañas de vacunación, dado el gran volumen de dosis que deben transportar-se y el corto espacio de tiempo de que se dispone para su distribución. La manufacturación de cada tipo de vacuna se hará según sus características específicas de termoestabilidad.

Control de la recepción y distribución:

Control de la recepción


Al recepcionar las vacunas debe comprobarse:

a) Que el tipo de vacuna y número de dosis recibidas corresponde al pedido solicitado

b) Que los frascos de vacuna estén en perfecto estado y que lleven el correspondiente etiquetaje

c) Que las vacunas no han estado expuestas a temperaturas indeseabies, verificando los indicadores de temperatura y realizando el 'test por agitación" cuando se trate de las vacunas DTF, DT y T y éstas no vengan provistas de indicador de alerta de congelación. Otra de las actividades a llevar a cabo tras la recepción de vacunas es el registro de entrada en el cual (ver capítulo monitorización de los pro-gramas de vacunas) se hará constar:

Fecha de recepción
Procedencia (laboratorio u otro centro de distribución)
Temperatura de recepción
Tipo de vacuna
Presentación (monodosis / multidosis)
Número de dosis
Lote
Fecha de caducidad

Control de distribución


Al preparar las vacunas para su distribución se deberán tener en cuenta los siguientes puntos:

a) Verificar la fecha de caducidad de las vacunas a distribuir. Utilizar siempre antes las vacunas de caducidad más próxima

b) Adecuar la disposición de los acumuladores de frío y de las vacunas dentro del elemento de transporte (nevera, porta-vacunas,etc.) en función de las características específicas de termoestabilidad de las vacunas a distribuir.Como norma general para todas las vacunas, los acumuladores de frío no han de estar en contacto con las mismas durante su transporte o almacenaje.Cuando se trate de manufacturar vacunas sensibles a las bajas temperaturas debe de evitarse el riesgo de congelación por contacto. Si se utilizan indicadores para acumuladores de frío habrá que esperar a que vire el color del indicador antes de proceder a la manufacturación de las vacunas. Fn el caso de no disponer de indicadores, los acumuladores deberán tenerse a temperatura ambiente (alrededor de 10 ó 15 minutos) antes de poder disponer de ellos para transportar las vacunas

c) Informar al personaT que realizará el transporte sobre Ja importancia del mantenimiento de la cadena del frío.

Toda distribución de vacunas debe quedar registrada haciendo constar:

Fecha de salida
Centro de destino
Temperatura de salida
Tipo de vacuna
Presentación (monodosis / multidosis)
Número de dosis
Lote
Fecha de caducidad

Almacenaje de Vacunas

En este apartado se tratan los eTementos y las actividades de Tos distintos niveles de almacenaje de las vacunas desde que estas son recepcionadas en los Centros de Distribución Regionales hasta que llegan a la población. De las tres fases de la cadena del frío, esta es quizás la más compleja en cuanto a las actividades a realizar, puesto que es en esta etapa cuando se deberán realizar las previsiones de vacunas y el control de estocs. También los registros de temperatura toman una especial importancia en la fase de almacenaje ya que la ruptura de la cadena del frío en esta fase, puede suponer el desabastecimiento de vacunas a la población

Niveles de almacenaje

Los niveles de almacenaje de vacunas serán los mismos que los de recepción y distribución aunque, en esta fase, se aconseja disponer de un almacén a nivel central con un estoc de reserva para que, en caso de ruptura de estocs de cualquiera de los centros de distribución, la población no quede desabastecida.

Equipamiento para el almacenaje de vacunas

- Cámaras frigoríficas
- Frigonricos
- Neveras portátiles
- Congeladores
- Acumuladores de frío
- Controladores de temperatura para el almacenaje de vacunas
- Prendas aislantes para los manipuladores de vacunas en cámaras frigorífi cas
- Guantes para Ta manipulación de vacunas manufacturadas con nieve carbónica

Para el almacenaje de vacunas a nivel central o en los centros de distribución regionales, se aconseja la instalación de cámaras frigoríficas que permitan almacenar grandes cantidades de vacuna. Al realizar el cálculo de la capacidad de cubicaje necesaria podrán tenerse en cuenta los datos aportados en el informe de la OMS a este respecto, donde se establece la capacidad de cubicaje necesaria en base al número de habitantes. Estos datos deben utilizarse a titulo orientativo, teniendo en consideración que el cálculo está realizado para el almacenamiento de las vacunas sistemáticas y en presentaciones multidosis. Para las cámaras frías, el cálculo estimativo del volumen necesario es de 100 m3 de capacidad por millón de habitantes. En los centros de distribución sectoriales no será imprescindible la instalación de cámaras frías, pudiendo utilizarse neveras de gran cubicaje. Estas neveras, según los datos aportados en el informe de la OMS anteriormente mencionado, deberán tener una capacidad aproximada de 350 litros por millón de habitantes. En los centros vacunales, el elemento de elección será el frigorífico. Éstos deberán tener, como mínimo, una autonomía de 6 horas y una capacidad mínima de 3,3 litros por cada 10.000 habitantes. En todos Tos niveles de almacenaje se deberá tener en cuenta la disponibilidad de acumuladores de frío y congelador para éstos. A nivel central y en los centros de distribución regionales y sectoriales, es aconsejable disponer de un congelador especifico para acumuadores, dado que en estos centros es donde se lleva a cabo la manufacturación de vacunas y por tanto donde se precisará mayor número de acumuladores. En el centro vacunal, bastará con que el frigorífico tenga un compartimento congelador donde almacenar los acumuladores.
En todos los niveles de almacenaje se deberá disponer de una nevera auxiliar de referencia donde almacenar las vacunas en caso de avería de la nevera principal o durante la limpieza de ésta. En el caso de los centros vacunales bastará con disponer de otra nevera en el propio centro (nevera portátil o frigorífico auxiliar), mientras que en los centros de distribución regionales y sectoriales, al almacenar grandes cantidades de vacunas, no siempre será posible disponer de una nevera o cámara auxiliar de la mis-ma capacidad que la principal, por esta razón, se aconseja tener identificada una nevera o cámara de referencia donde poder depositar los estocs en caso de emergencia (centro de distribución de nivel superior, hospital más cercano, etc.)
Como se ha mencionado anteriormente, es en la fase de almacenamiento donde los registros de temperatura tienen mayor importancia dado que la vacuna puede permanecer durante largos períodos de tiempo almacenada antes de ser administrada a la población Para que estos registros sean de calidad, es preciso que los controladores de temperatura sean los adecuados y estén en perfecto estado de funcionamiento
Los controladores de temperatura aconsejados para cámaras frías y neveras de gran cubicaje, son los que permiten el registro continuo de temperatura. Por esta razón, a nivel central y en los centros de distribución regionales y sectoriales se dispondrá de termógrafos para el control de la temperatura de almacenaje. Para el control de la temperatura de almacenaje en pequeños frigoríficos, también pueden utilizarse termógrafos, no obstante, el elemento idóneo para este tipo de frigoríficos será el termómetro de máximas y mínimas o el termómetro digital.

Establecimiento de normas para el almacenaje de vacunas

Ubicación

Al colocar las vacunas en la cámara, nevera o frigorífico, deberán tenerse en cuenta tres aspectos: la termoestabilidad, la accesibilidad y la caducidad. Es conveniente almacenar las vacunas más termolábiles, es decir, las menos resistentes a temperaturas elevadas, en las zonas más frías de la cámara o nevera, reservando las zonas menos frías para el almacenamiento de las vacunas más termoestables.Cuando se trate de almacenar vacunas en frigoríficos, nunca deberán colocarse éstas en la puerta del mismo.En cuanto a la accesibilidad, es importante, sobre todo cuando se trate de cámaras o neveras grandes, que las vacunas de uso más común se almacenen en las zonas o espacios más fácilmente accesibles ya que, durante el almacenaje de vacunas, no sólo debe acotarse el número de aperturas sino limitar la duración de éstas.En caso de almacenar lotes de distinta caducidad, siempre serán los de caducidad más próxima los que tengan prioridad de salida.

Señalización

Es aconsejable la señalización (mediante un plano o croquis colocado en el exterior de la cámara, nevera o frigorífico) de la ubicación de las vacunas en el interior, con la finalidad de facilitar su localización, evitar aperturas innecesarias y limitar el tiempo de éstas. En el interior de la cámara también deben señalizarse los estantes o las zonas de almacenaje indicando: el tipo de vacuna, el laboratorio, el lote, la caducidad y el número de dosis almacenadas.

Control del almacenam¡ento de vacunas

Existen dos tipos de control que deben llevarse a cabo en el almacenamiento de vacunas:

Sobre la calidad de las vacunas almacenadas


a) Control regular de la temperatura de almacenaje:

Para que las vacunas conserven su actividad deberán estar almacenadas a la temperatura idónea. Sólo el control diario de Ta temperatura de almacenaje, efectuado por el personal responsable de vacunas, permitirá garantizar el buen funcionamiento de la cadena del frío. En caso de no disponer de registro continuo de temperatura, ésta deberá ser controlada y registrada dos veces al día, una por la mañana y otra por la tarde. Cualquier anomalía detectada deberá comunicarse rápidamente a los servicios de mantenimiento

b) Control de la actividad de las vacunas:

La actividad de las vacunas es controlada por el fabricante antes de su venta y distribución. No obstante, si sobreviene un fallo en la cadena del frío, la vacuna puede ser sometida a nuevas pruebas para determinar su actividad. Aunque, debido a la complejidad de este tipo de pruebas y al coste de las mismas, siempre que haya una ruptura de la cadena del frío es aconsejable comunicar ésta al Centro de Distribución Central para valorar el incidente y determinar las actuaciones a seguir.

c) Control de la congelación de las vacunas

En el caso de no disponer de registro continuo de temperatura (24h), es conveniente verificar, al iniciar la jornada, que las vacunas no han estado congeladas. Para lo cual deberá realizarse el test de agitación de Tos toxoides.Este es un test práctico, económico y fiable que consiste en agitar enérgicamente un vial de toxoide presuntamente congelado colocándolo después sobre una superficie plana y ante una luz. Se repite la operación con otro vial que no haya sido congelado, de la misma vacuna y del mismo fabricante y se comparan. En el momento mismo de la realización del test la vacuna no congelada aparece lisa y turbia, mientras que la congelada presenta gránulos o flóculos y menos turbidez. Esta diferencia se hace más evidente pasados unos minutos, así pues, si observamos el vial a los quince minutos de la realización del test, observaremos que la vacuna no congelada permanece lisa y turbia, mientras que en la congelada aparece un sedimento en el fondo del vial. Pasados treinta minutos, la vacuna no congelada empieza a aclararse pero no tiene sedimento, mientras la vacuna congelada es casi completamente clara y con un sedimento denso. Si final-mente observamos los viales al cabo de una hora, veremos que la vacuna no congelada se mantiene medio clara con un sedimento turbio y espeso que se mueve cuando se inclina el frasco mientras que la vacuna congeTada aparece completamente sedimentada, con un sedimento que apenas se mueve al inclinar el frasco.Es recomendable realizar este test en el momento de la recepción de las vacunas y ante la sospecha de que hayan podido congelarse durante el almacenamiento

d) Control de Ja caducidad de las vacunas

En dos registros de almacenaje de vacunas deberá constar la fecha de caducidad de cada uno de los lotes con Ja finalidad de dar salida a vacunas de caducidad más próxima.

Sobre la cantidad de vacunas almacenadas


Los registros de entradas y salidas de vacuna en Ja fase de almacenaje serán básicamente los mismos que en la fase de recepción y distribución de vacunas. Solo que en esta fase es imprescindible el registro constante de estocs para poder conocer en todo momento las existencias de vacunas. Las vacunas que deban salir del almacén como consecuencia de su caducidad o deterioro deberán tener los mismos registros de salida que si se tratara de una distribución, haciendo constar el concepto de salida (vacuna caducada o deteriorada). Aunque los registros de entradas y salidas de vacunas se lleven cabo con gran rigurosidad, la aparición de errores en los mismos es frecuente. Para minimizar estos errores, debe realizarse de forma periódica el cuadraje de estocs (comprobación de que Ja cantidad de vacuna almacenada segun consta en el registro corresponde a la cantidad real almacenada). La cadencia mínima establecida para la realización del cuadraje de estocs es de: una vez por semana en los centros vacunales, una vez al mes en los centros de distribución sectoriales y cada dos meses en los centros de distribución regionales.

Administración de Vacunas

En este apartado se describen los elementos y las actividades correspondientes a la última fase de Ja cadena del frío, es decir a la de administración de vacunas. Esta fase se diferencia de las demás (recepción, distribución y almacenaje) en que tiene un solo nivel de aplicación: el centro vacunal. En el cual se llevan a cabo, además de las actividades concernientes a las fases antes mencionadas, las relativas a la inmunización de la población. El volumen de vacunas que se gestiona a nivel de centro vacunal hace que la recepción, la distribución y el almacenaje sean menos complejos que en los demás niveles. No obstante, el incremento y diversificación de las actividades a este nivel hace que sea especialmente importante la especificación y ordenación de las mismas. Sobre todo, si se tiene en cuenta que es, en la fase de administración, cuando se producen mayor número de errores en la manipulación de vacunas y mayor frecuencia de fallos en el mantenimiento de la cadena del frío siendo a la vez, en esta fase, donde estos fallos o errores suelen ser irreversibles.

Niveles de administración de vacunas

La administración de vacunas es la única de las fases de la cadena del frío que tiene un sólo nivel de aplicación el centro vacunal. Aunque en algunos casos pueden realizarse vacunaciones fuera del centro vacunal, como por ejemplo al vacunar en las escuelas o al realizar campañas masivas de vacunación, la planificación, la gestión y el control de la administración de vacunas se debe llevar a cabo desde el centro vacunal correspondiente. Por esta razón, al hablar de niveles de aplicación en la administración de vacunas sólo nos referiremos al centro vacunal

Equipamiento para la administración de vacunas

- Neveras y frigoríficos
- Acumuladores de frío
- Jeringas y agujas
- Bandejas
- Algodón
- Ampollas de adrenalina
- Equipo de urgencia para la reanimación cardiopulmonar.
- Contenedores de residuos
- Material de soporte administrativo (carnets de vacunación, fichas de registro, etc.)
- Material divulgativo (posters, trípticos, etc)

El elemento de elección para el almacenamiento de vacunas en el centro vacunal, será el frigorífico con compartimento congelador. Debiendo disponer así mismo de neveras portátiles para el transporte de vacunas en las vacunaciones fuera del centro vacunal o bien para la recogida de éstas del centro de distribución. Las neveras portátiles también podrán utilizarse como recurso de emergencia para almacenar Tas vacunas en caso de avería de la nevera principal o durante la limpieza de ésta. Para este tipo de frigoríficos, se recomiendan acumuladores de frío de 0,40 litros de volumen. Las bandejas deben ser de malla metálica o tener perforaciones en la base para evitar acumulación de agua que podría despegar y dañar las etiquetas de los frascos. De este modo, los frascos y ampollas se mantendrán limpios y secos y, a la vez, se propiciará la circulación del aire frío dentro de la nevera. Estas bandejas se utilizarán para mantener las vacunas de forma ordenada dentro de la nevera y Tos frascos clasificados, facilitando así la identificación de cada vacuna.

Actividades concernientes a la administración de vacunas

· Mantenimiento del equipamiento

El congelador

Inspeccionar diariamente el congelador y comprobar que no haya habido descongelación o que capa de hielo no tiene un grosor superior a 5 mm. Un sistema práctico para poder comprobar si se ha producido descongelación, es colocar sobre la placa del congelador un par de cubitos de bielo. Si, al inspeccionar el congelador, los cubitos han perdido su forma inicio, significará que ha existido un cido de descongelación¡congelación. Cuando el grosor de la capa de hielo del congelador supere los 5mm, deberá procederse a su descongelación. Los acumuladores se refrigerarán en la nevera antes de colocarlos en el congelador. Al almacenarlos en el congelador deberán colocarse sobre la placa de éste y no apilados unos sobre otros. En el congeladoi; es conveniente disponer siempre de acumuladores congelados. Esto contribuirá a que la temperatura de congelador sea más fría y por tanto a que los nuevos acumuladores se congelen con mayor rapidez.

Las neveras

La nevera y su contenido deben ser inspeccionados diariamente. Verificar que las vacunas están convenientemente almacenadas y asegurarse de que el aire circula suficientemente entre los envases de vacuna. Tener siempre botellas de agua (o acumuladores llenos de agua) colocados en los espacios libres de la nevera con la finalidad de estabilizar más rápidamente la temperatura en caso de aperturas y de aumentar la duración de la refrigeración en caso de avería. Para evitar que el agua de las botellas se utilice para beber, se aconseja llenarlas de agua con sal indicando de forma visible en la botella "contiene agua salada". Evitar siempre el almacenamiento de bebidas o alimentos en la nevera, ya que el calor de los alimentos y de las bebidas, así como la apertura reiterada de la puerta para meterlos o sacarlos, harán aumentar la temperatura interior de la nevera, lo cual puede deteriorar las vacunas.Cuando se utilicen las neveras portátiles, deberá tenerse la precaución de limpiarlas después de cada uso y quitarles la tapadera, para facilitar su secado. Después de cada utilización es conveniente examinar las paredes internas y externas de la nevera para detectar la aparición de fisuras o grietas, en cuyo caso, y de no poder repararlas, se deberá cambiar la nevera. La exposición directa al sol de estas neveras puede provocar la aparición de estas fisuras o abombamiento, por lo que siempre deberá evitarse dicha exposición.

· Control de la recepción de vacunas

Al recepcionar las vacunas se debe verificar:

a) que los acumuladores de frío contengan hielo

b) que ningrin frasco de vacunas esté congelado

c) que los frascos lleven siempre sus etiquetas correspondientes

d) que la cantidad de vacuna recibida es la solicitada y que ningún frasco de vacuna o de disolvente esté roto.

Además, el responsable de la recepción deberá efectuar el "test de agitacion si sospecha que alguna vacuna ha podido ser congelada. Si se dispone de indicador de alerta de congelación, verificar que las vacunas no han estado expuestas a temperaturas susceptibles de congelarías. Así mismo, si se dispone de ficha de control de la cadena del frío, ésta deberá verificarse para descartar que las vacunas hayan estado expuestas a una temperatura demasiado elevada.

· Control del almacenaje de vacunas

En el caso de no disponer de registro continuo de temperatura, ésta deberá controlarse y registrarse dos veces al día, una por la mañana y otra por la tarde. Una vez al mes, la nevera deberá ser examinada en busca de vacunas caducadas, que serán eliminadas o conservadas fuera de la nevera con una etiqueta bien visible, para evitar su administración accidental antes de su eliminación definitiva. En los viales multidosis abiertos deberá constar la fecha de apertura. Es aconsejable no tener varios viales abiertos a la vez. Deben registrarse diariamente las entradas y salidas de vacunas para conocer en todo momento el estoc de vacunas disponibles. La tenencia de registros correctos y actualizados permiten prever con mayor precisión los pedidos de vacunas o de cualquier otro material del programa.

Control de la distribución de vacunas


Al preparar la distribución de vacunas en neveras portátiles deberán observarse los siguientes puntos:

a) Sacar los acumuladores del congelador y esperar entre 10 y 15 minutos antes de colocarlos en la nevera

b) Colocar los acumuladores alrededor de las paredes interiores de la nevera

La falta de alguno de los elementos mencionados o la ausencia de calidad en las actividades a realizar pueden conllevar la ruptura de la cadena del frío o deficiencias en la buena práctica de la vacunación.En este sentido, la aplicación de sistemas logísticos en los programas de inmunización ha conllevado una serie de mejoras tanto en la planificación de los mismos, como en su gestión y ejecución: la optimización de los recursos, el aumento de la eficacia y de la eficiencia, el acercamiento de las vacunas a la población y una mayor calidad en la vacunación




INMUNIZACIONES EN VENEZUELA
En los dos últimos años a nivel mundial, se han efectuado numerosos cambios en lo que a inmunizaciones se refiere; caracterizados bien sea por la aparición de nuevas vacunas tales como: VPH, difteria tétanos y pertussis acelular para ser administrad en adolescente y adulto joven (dTap), vacuna tetravalente conjugada para Meningococo, como por cambios en el esquema tradicional de una determinada vacuna, como por ejemplo el de la varicela. La Comisión ha analizado exhaustivamente, con base en la existencia de información y datos epidemiológicos, disponibilidad de la vacuna y su posible impacto, la pertinencia o no, de introducir algunos de estos cambios en el país.

Con la premisa señalada, las modificaciones más importantes para este año son: la administración rutinaria de vacuna anti Influenza a todo niño con edad comprendida desde los 6 a 59 meses de edad, y, la administración de anti Hepatis B en las primeras 24 horas de vida, independiente de la serología materna.

Se hace hincapié en recordar la importancia de cumplir el esquema básico de inmunizaciones en el primer año de vida y otros aspectos como los siguientes:

Al cumplir 12 meses de vida debe tener administradas: BCG, 3 dosis de antipolio, 3 dosis de anti difteria-tétanospertusis, 3 dosis de anti Haemophilus influenzae tipo b, 3 dosis de anti Hepatitis B, 3 dosis de anti Streptococcus pneumoniae, 2 dosis de anti Rotavirus. Una dosis Vacuna de Influenza.

La necesidad de leer el adendum, pues contiene información importante acerca de cada vacuna.

A partir de los 12 meses iniciar la vacunación con anti Sarampión-Rubéola-Parotidis, anti Amarílica, anti Varicela, anti Hepatitis A y los refuerzos respectivos de anti Difteria- Tétanos-Pertusis, Polio y anti Haemophilus influenzae.

Todo niño menor de 5 años, durante las Jornadas Nacionales de Vacunación, debe recibir dosis adicionales de vacuna polio oral y antisarampión para lograr la erradicación de estas enfermedades.

Debe mantenerse de rutina en todos los centros prestadores de Servicios de Salud la vacunación contra la Fiebre Amarilla puesto que la información epidemiológica así lo justifica.

Concienciar a la población acerca de la importancia de inmunizar contra la Influenza.

Se insta a todos los médicos pediatras o no, a notificar a las autoridades competentes, todos los casos observados de enfermedades inmunoprevenibles, precisando si han sido o no inmunizados contra la enfermedad en particular. Este punto es especialmente relevante en varicela y permitirá disponer de datos que avalen futuras modificaciones.

A continuación la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría presenta el Esquema ideal de inmunizaciones para el niño y adolescente venezolano correspondiente al año 2008.
Los niños, niñas y adolescentes que no hayan sido vacunados a la edad recomendada, deberán recibir el esquema de inmunizaciones en cualquier momento, respetando las indicaciones y contraindicaciones específicas para cada vacuna.

(1)VACUNA AnTITUBERCULOSIS.

BCG Debe administrarse al recién nacido antes de su egreso de la maternidad.

Puede administrarse sin previa prueba de PPD, en todos los menores de 14 años, que no tengan antecedentes de haber recibido la vacuna, en ausencia de cicatriz de vacunación y no sea contacto de caso con TBC. La administración en mayores de 14 años, se hará exclusivamente por indicaciones específicas de orden médica y/o epidemiológica. Ver gráfica I y II

(2)VACUNAS ANTIPOLIOMIELITIS.

No se recomienda la dosis del recién nacido (polio oral) justificada sobre la base epidemiológica, donde el reporte del último caso de polio por virus salvaje en Venezuela, ocurrió en marzo de 1989 y desde 1994, la OPS/OMS declaró el hemisferio occidental libre de la circulación del virus salvaje de la poliomielitis.

Dada la disponibilidad en el país de vacuna de polio inactivada (VPI) con alto margen de seguridad combinada con otros antígenos debería ser utilizada como alternativa y como estrategia de salud pública de transición a la implantación de la VPI en el esquema de rutina.
En recién nacidos, hijos de madres con serología positiva para VIH/SIDA, NO debe administrarse vacuna OPV. A estos niños el esquema contra la poliomielitis debe cumplirse con vacuna IPV.

Según pauta de la OMS/OPS/MSDS, para lograr la erradicación de la poliomielitis, es obligatorio la administración de dosis adicionales de OPV en las Campañas de Seguimiento a los menores de 5 años, independientemente del esquema básico recibido.

(*)Aquellos niños que no reciban dosis adicionales después de los 18 meses, se sugiere un refuerzo entre 4 y 6 años.

(3)VACUNAS ANTI DIFTERIA, TÉTANOS Y PERTUSSIS (TOS FERINA) Se puede administrar en el esquema inicial la vacuna DTP (pertussis a células completas) o DTPa (pertussis acelular). Para dosis de refuerzo hasta los 6 años, puede administrarse cualquiera de las 2 vacunas o en producto combinado con otros antígenos. A partir de los 7 años y hasta los 9 años y 11 meses debe utilizarse la combinación DT (Difteria y Tétanos infantil). De 10 años en adelante se debe utilizar dT (difteria y Tétanos para adulto). Ver gráfico I.

Los refuerzos posteriores se administraran cada 10 años con dT o TT, así como, en adolescentes que no tengan cumplido el esquema durante la infancia. Con la finalidad de eliminar el tétanos neonatal, se debe revacunar con TT o dT a mujeres en edad fértil (12 a 44 años). A la mujer embarazada debe administrarse dos dosis de TT, en el 2do y 3er trimestre respectivamente más una dosis anual por 3 años, de TT o dT, luego del parto. Ver gráfico II



(4)VACUNA ANTI HAEMOPHILUS INFLUEnZAE TIPO B Se recomienda dosis de refuerzo a los 12 a 18 meses de edad. Los niños que reciban la primera dosis a partir de los 7 meses de vida, deberían recibir 2 dosis más un (1) refuerzo. Los niños de 15 hasta 59 meses de edad, sin inmunización previa o con esquemas incompletos, deben recibir una sola dosis. Ver gráfico I

(***) Aquellos niños vacunados con alguna combinación vacunal que incluya pertusis acelular, es obligatorio que reciban la dosis de refuerzo, debido a la posibilidad de interferencia inmunológica (disminución en la producción de anticuerpos específicos contra Haemophilus influenzae tipo b.

(5) VACUNA ANTI HEPATITIS B

Se debe administrar a todo recién nacido en las primeras 24 horas de vida, independientmente de conocer el estado serologico de la madre para el VHB. Si es producto de madre con serología negativa para el virus de hepatitis B, se puede iniciar el esquema de vacunación a los dos meses de edad. El intervalo mínimo entre 2da y 3ra. Dosis nunca debe ser menor a 8 semanas. Los recién nacidos productos de madres con serología positiva para Hepatitis B deben recibir la primera dosis en las primeras 12 horas de vida. La segunda dosis se recomienda entre uno y dos meses. La tercera dosis no antes de los 6 meses de edad. A estos niños, al completar el esquema básico, a los dos meses de la última dosis se les debe solicitar determinación de Anti-HBs y AgsHB. Si el niño es hijo de madre Ag HBs positivo adicionalmente deberá recibir 0.5 ml de inmunoglobulina anti Hepatitis B dentro de las 12 horas de su nacimiento.

En mujeres con serología desconocida para el VHB al momento del parto, se le debe investigar inmediatamente su estado serológico. De resultar positiva, se debe administrar al recién nacido la inmunoglobulina especifica anti-VHB hasta el 7mo día de vida. NO administrar inmunoglobulina luego de esta edad.

Para la dosis en el recién nacido solo debe administrarse la vacuna monovalente, mientras que para completar el esquema de vacunación puede utilizarse el producto monovalente o vacunas combinadas. Es permitido la administración de 4 dosis de vacunas de hepatitis B, cuando se utilicen combinaciones vacunales contentivas de ella. Ver gráfico I

En adolescentes sin antecedentes de vacunación se puede administrarse la serie con vacuna monovalente. En niños > a 1 año de edad y/o adolescentes no vacunados previamente, puede utilizarse el biológico combinado de anti Hepatitis A y anti Hepatitis B, pero cumpliendo los lapsos de 0,1 y 6 meses propios del esquema de la vacuna anti Hepatitis B, utilizando las dosis pediátricas hasta los 18 años y 11 meses de edad. Ver gráfico II

Para evaluar cobertura y por estrategias nacionales e internacionales de salud pública, se recomienda que el esquema completo se cumpla antes del año de edad.

(6) VACUNAS ANTI SARAMPIÓN, AnTI RUBÉOLA Y ANTI PAROTIDITIS

La dosis inicial debe administrarse a partir de los 12 meses de edad. La segunda dosis entre 4 y 6 años, el intervalo mínimo entre dosis es de 4 semanas, indicación a cumplir según momento epidemiológico. De no tener este esquema en los primeros 10 años se debe cumplir en la adolescencia. Ver gráficos I y II

Siguiendo pautas de la OMS /OPS /MPPS, para lograr la erradicación del Sarampión, es obligatorio la administración de dosis adicionales en las Campañas Nacionales de Seguimiento que se realizan cada 3 ó 4 años.

(7) VACUNA ANTI VARICELA

Dado que está demostrado que la administración de 2 dosis de la vacuna de varicela confiere una protección y eficacia de 98%, la Comisión recomienda la administración de 2 dosis. La segunda dosis entre 4 y 6 años, sin embargo puede administrarse antes de dicha edad, siempre y cuando se respete el intervalo mínimo de 4 semanas. En los adolescentes no vacunados se sigue igual pauta. Ver gráficos I y II.

(8) VACUNA ANTI HEPATITIS A.

Epidemiológicamente Venezuela se ubica como país con endemicidad intermedia y alta, con una prevalencia del 50% en menores de 10 años. Se recomienda su administración a partir de los 12 meses de edad, sin embargo, puede administrarse a cualquier edad. La dosis pediátrica se indica a menores de 19 años. A partir de los 15 años, y si provienen de zonas con endemicidad alta, se recomienda su administración previa serología negativa para el VHA. Ver gráficos I y II

(9) VACUNA ANTINEUMOCÓCCICA (STREPTOCOCCUS PNEUMONIAE)

Según información aportada anualmente por el Instituto Nacional de Higiene a través del SIREVA II, la vacuna conjugada antineumococo (CVN) heptavalente contiene aproximadamente un 65% de los serotipos aislados en Venezuela, por tanto se recomienda su administración.

En niños sanos con edades de 24 a 59 meses sin inmunización previa, administrar una dosis, dando prioridad a niños con riesgo moderado de infección (asistencia a guarderías, casas de cuidado diario y otros). En niños con alto riesgo de infección y enfermedad invasiva deben recibir en forma secuencial las vacunas heptavalentes y 23-valente de forma complementaria a objeto de aumentar la cobertura de serotipos.

• Niños con esquema completo heptavalente básico cumplido antes de los 24 meses: administrar una dosis de 23-valente.

• Niños > de 24 meses con 1 a 3 dosis previas de heptavalente, deben recibir 1 dosis de heptavalente seguida a las 6-8 semanas de 1 dosis de 23-valente.

• Ambos Grupos deben recibir 1 dosis de 23-valente, 3-5 años posterior a primera dosis de dicha vacuna. Ver gráfico I

(10) VACUNA ANTIAMARILICA (FIEBRE AMARILLA).

La persistencia de focos geográficos reactivados ratifica la necesidad de vacunar a partir de los 12 meses de edad con refuerzo cada 10 años. En situación de epidemia la vacuna debe administrarse a partir de los 6 meses de edad. Ver gráficos I y II

La única institución autorizada para expedir el certificado internacional de vacunación antiamarilica es el MPPPS.

(11) VACUNA ANTIVIRUS DE INFLUENZA

Todo niño ≥ de 6 meses de edad debe recibir vacuna de Influenza.

Dadas las limitaciones de disponibilidad del biológico se recomienda la vacunación en los siguientes grupos:

• Trabajadores del sector salud.

• Niños sanos de 6 meses a 59 meses de edad.

• Niños con factores de riesgo > de 6 meses

• Adultos > de 50 años

• Trabajadores de servicios especiales (bomberos, policías, defensa civil y otros).

• Personas que cuidan a personas de riesgo de cualquier grupo de edad y/o de menores de 6 meses

• Niños menores de 9 años, vacunados por primera vez, deben recibir dos dosis con un intervalo de 4 semanas. Ver gráfico I y II

La presentación pediátrica (0.25 ml) debe utilizarse en niños ≥ de 6 a 35 meses. En vista de que la composición de la vacuna varía cada año, se recomienda la administración de una dosis anualmente.

(12) VACUNA ANTI ROTAVIRUS

Recientemente el MPPPS aprobó la vacuna de rotavirus en el PAI. Se recomienda su uso rutinario a partir de los 2 meses de vida, en un esquema de dos dosis, que ha de completarse previo a los 6 meses. Por no existir datos clínicos en la actualidad, no se recomienda su empleo después de dicha edad.

La primera dosis de la vacuna puede administrarse tan temprano como a las 6 semanas de edad. El intervalo mínimo entre dosis es de un mes y la última dosis no más allá de las 24 semanas (6 meses). Esta recomendación es para la vacuna monovalente de origen humano y no para otras vacunas de rotavirus que puedan llegar al mercado, como la pentavalente de origen animal humano, cuyo esquema es de 3 dosis y la edad máxima de administración es de 8 meses. Ver gráfico I.

(13) VACUNA ANTI PAPILOMA HUMANO VPH

La vacuna fue aprobada en E.E.U.U. a ser empleada en forma rutinaria desde los 11 a 12 años de edad, puede administrarse tan temprano como a los 9 años. En Venezuela se espera la aprobación de parte del MPPPS para poder administrarse. El comité de vacunas de la SVPP recomienda su uso posterior a la aprobación por MPPPS.


VENEZUELA

El trío por la vida: la inscripción de nacimientos, la inmunización y la
lactancia materna brindan a los niños y niñas un mejor comienzo
res servicios fundamentales
La estrategia El Trío por la Vida, que pone en práctica el Ministerio de
Salud de Venezuela, brinda tres servicios básicos fundamentales para los
niños y niñas de todo el país. Mediante ese programa, tanto en las
regiones urbanas como rurales de Venezuela se inscriben los nacimientos,
se inmuniza a los niños y niñas y se conciencia a la población acerca de
los beneficios de la lactancia materna. El objetivo de la campaña es
proteger y mejorar las vidas de todos los niños, especialmente los más
afectados por la pobreza y la exclusión, como los que pertenecen a las
poblaciones indígenas.
La colaboración de UNICEF con esa iniciativa hizo posible la creación de la primera oficina de registro
civil en un hospital municipal. En este caso, se trata de la dependencia de inscripción de los nacimientos
que funciona en un hospital municipal de Maracaibo, la capital del Estado Zulia, el más populoso de
Venezuela. El personal del registro civil, que cuenta con equipos flamantes, puede inscribir en cuestión
de minutos los nacimientos de todos los niños que nacen en el hospital.
Siguiendo el modelo de esa primera oficina de registro civil, se han creado 11 dependencias similares en
otros tantos hospitales de Maracaibo. La nueva iniciativa ha hecho posible que unos 22.000 niños y
niñas recién nacidos sean dados de alta anualmente de esos hospitales no sólo completamente
inmunizados sino también con sus correspondientes partidas de nacimiento. Además, la existencia de
esas oficinas de registro civil en los hospitales, así como las que se les sumarán en el futuro, harán
posible que las madres reciban información y educación adecuada acerca de la lactancia materna.
Pese a que en muchas partes de Venezuela, las tasas de inscripción de los nacimientos son bajas, la de
Maracaibo llega ahora al 86%. Por otra parte, se ha registrado un aumento de la cobertura de
inmunización de los niños y niñas menores de un año, lo que constituye otro resultado alentador del
programa El Trío por la Vida.

ADDENDUM
Todo paciente menor de 12 meses, debe tener las siguientes vacunas: BCG, 3 dosis de antipolio y triple, esquema completo de anti-hepatitis B y esquema básico de anti-Haemophilus influenzae y anti-streptococcus pneumoniae conjugada. Los pacientes que no hayan sido inmunizados a la edad recomendada, deberán recibir el esquema en cualquier momento, respetando las indicaciones y contraindicaciones específicas para cada vacuna.

Edad y/o rango de edad para administración de esquema básico
Rango de Edad para administración en caso de administración previa
Edad y/o rango de edad para administración de refuerzo
Administración exclusiva por el MSDS

EDAD VACUNA ENFERMEDAD
RECIEN NACIDO BCG Tuberculosis
HEPATITIS B 1 Hepatitis B
1 MES HEPATITIS B 1 Hepatitis B
HEPATITIS B 2 Hepatitis B
2 MESES VPO o VPI Polio
DTP o DTPa Difteria, Tétanos y Pertusis
Hib Meningitis, Epiglotitis y Neumonía en niños
HEPATITIS B 1 Hepatitis B
HEPATITIS B 2 Hepatitis B
VCN Neumonía, Bacteriemia, Otitis Media y Meningitis
4 MESES VPO o VPI Polio
DTP o DTPa Difteria, Tétanos y Pertusis
Hib Meningitis, Epiglotitis y Neumonía en niños
HEPATITIS B 2 Hepatitis B
VCN Neumonía, Bacteriemia, Otitis Media y Meningitis
6 MESES VPO o VPI Polio
DTP o DTPa Difteria, Tétanos y Pertusis
Hib Meningitis, Epiglotitis y Neumonía en niños
HEPATITIS B 3 Hepatitis B
VCN Neumonía, Bacteriemia, Otitis Media y Meningitis
12 MESES Hib Meningitis, Epiglotitis y Neumonía en niños
HEPATITIS B 3 Hepatitis B
SRP Sarampión, Rubéola y Parotiditis
VARICELA Varicela o Lechina
HEPATITIS A Hepatitis A
VCN Neumonía, Bacteriemia, Otitis Media y Meningitis
FIEBRE AMARILLA Fiebre Amarilla
15 MESES VPO o VPI Polio
DTP o DTPa Difteria, Tétanos y Pertusis
Hib Meningitis, Epiglotitis y Neumonía en niños
HEPATITIS B Hepatitis B
SRP Sarampión, Rubéola y Parotiditis
VARICELA Varicela o Lechina
VCN Neumonía, Bacteriemia, Otitis Media y Meningitis
FIEBRE AMARILLA Fiebre Amarilla
18 MESES VPO o VPI Polio
DTP o DTPa Difteria, Tétanos y Pertusis
HEPATITIS B Hepatitis B
VARICELA Varicela o Lechina
HEPATITIS A Hepatitis A
FIEBRE AMARILLA Fiebre Amarilla
24 MESES HEPATITIS B Hepatitis B
VARICELA Varicela o Lechina
HEPATITIS A Hepatitis A
FIEBRE AMARILLA Fiebre Amarilla
4 a 6 AÑOS DTP o DTPa Difteria, Tétanos y Pertusis
HEPATITIS B Hepatitis B
SRP Sarampión, Rubéola y Parotiditis
VARICELA Varicela o Lechina
HEPATITIS A Hepatitis A
FIEBRE AMARILLA Fiebre Amarilla
10 a 12 AÑOS DT Difteria y Tétanos Pediátricos
DT Difteria y Tétanos Pediátricos
HEPATITIS B Hepatitis B
SRP Sarampión, Rubéola y Parotiditis
VARICELA Varicela o Lechina
HEPATITIS A Hepatitis A
FIEBRE AMARILLA Fiebre Amarilla
14 a 18 AÑOS dT o TT Difteria y Tétanos de Adultos
dT o TT Difteria y Tétanos de Adultos
HEPATITIS B Hepatitis B
SRP Sarampión, Rubéola y Parotiditis
VARICELA Varicela o Lechina
HEPATITIS A Hepatitis A
FIEBRE AMARILLA Fiebre Amarilla


La Real Academia Española define a las vacunas como "virus o principio orgánico que convenientemente preparado se inocula a una persona o a un animal para preservarlos de una enfermedad determinada", es decir, se trata de un compuesto integrado por un virus o bacteria inactiva que se le inyecta a un ser humando para protegerlo de algún padecimiento. Cabe destacar que éstas sólo son efectivas si son aplicadas antes de que se presente la enfermedad.

Según cifras de la UNICEF 1,7 millones de niños fallecen en todo el mundo cada año a causa de afecciones fatales que pueden evitarse administrándoles vacunas. Los expertos señalan que es fundamental que los padres durante los primeros meses de vida del bebé le apliquen las inmunizaciones correspondientes a su país en los lapsos adecuados para librarlo de sufrir afecciones.

Enfermedades como la tos ferina, la poliomelitis y el sarampión suelen atacar a los niños antes de que cumplan el primer año.

No sólo es importante que el pequeño reciba sus vacunas, sino que se cumpla con las dosis para asegurar que hagan efecto, y que se le inmunice a la edad especificada en el esquema de vacunación de su país para que sean más efectivas. No obstante, si por cualquier motivo el infante no ha recibido todas las vacunas en el período correspondiente, es fundamental llevarlo al médico a la brevedad para que le complete la inmunización.

Es muy común que los padres no lleven a su hijo a aplicarle las vacunas porque el bebé presentó durante esos días tos, catarro, diarrea o malestares similares. Sin embargo, el pediatra infectólogo Francisco Valery, en una entrevista a la revista Todo en Domingo, explica que no existe inconveniente alguno en que se administre la vacuna en esas condiciones, la única contraindicación existe cuando el niño presenta cuadros febriles, pues luego no se sabrá si la fiebre la ocasiona la enfermedad o la vacuna y la realización del diagnóstico se dificulta.

Igualmente, la UNICEF indica que no hay riesgo en vacunar a niños discapacitados o desnutridos. Al contrario, enfermedades como el sarampión son más peligrosas para los niños con esta última condición.

Vacunas Vs. Enfermedades

En Venezuela, se calcula que el niño recibe en su primer año dos o tres vacunas mensuales, lo que se traduce en unas 25 en sus primeros 12 meses de vida. La Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría (S.V.P.P.), de la que forma parte el Dr. Valery, es la que establece y actualiza en este país el esquema de vacunación. Para consultarlo haz clic aquí.

Los especialistas recomiendan cumplir con todo el esquema de vacunación para evitar que enfermedades fatales ataquen al infante. Los padres tienen la responsabilidad de llevarlos a los centros de salud para que se las administren y mantener a través de las tarjetas de vacunación el control de las inmunizaciones. Vacunar a un niño es darle la oportunidad de llevar una vida sana en la que puede desarrollar todas sus capacidades a plenitud.

Según S.V.P.P., la primera vacuna que debe recibir el recién nacido es la que lo protege contra la tuberculosis (BCG). A los 15 días le debe seguir la de la Hepatitis B y, más tarde, le toca la de la polio, la triple (difteria, tétanos y tos ferina), la haemophilus influenzae tipo B, la de neumococo y la segunda dosis de hepatitis. Todas son inyectadas, menos la de la polio que se administra en gotas.

Las vacunas suelen generar leves efectos secundarios en las 48 ó 72 horas posteriores a su aplicación, como fiebre, irritabilidad o ulceración en la zona de la inyección. Para estos casos UNICEF recomienda que se le proporcione más cantidad de leche materna, una buena alimentación y abundantes líquidos. Es importante que si los síntomas persisten se acuda al médico.

Cuando se le van a administrar vacunas a un niño es básico que el pediatra les explique a los padres en qué consiste la vacuna, cuáles son los riesgos y para qué sirve, con la finalidad de que éstos sepan qué esperar en cada caso.

Una de las acciones que le brinda al bebé mayores anticuerpos que lo protegen de enfermedades es la lactancia materna. La leche amarilla y espesa que se produce durante los primeros días después del parto inmuniza naturalmente al pequeño contra la neumonía y la diarrea, entre otras afecciones. Mientras el niño sea amamantado contará con esa protección.


Los especialistas recomiendan cumplir con todo el esquema de vacunación para evitar que enfermedades fatales ataquen al infante. Los padres tienen la responsabilidad de llevarlos a los centros de salud para que se las administren y mantener a través de las tarjetas de vacunación el control de las inmunizaciones. Vacunar a un niño es darle la oportunidad de llevar una vida sana en la que puede desarrollar todas sus capacidades a plenitud.

Según S.V.P.P., la primera vacuna que debe recibir el recién nacido es la que lo protege contra la tuberculosis (BCG). A los 15 días le debe seguir la de la Hepatitis B y, más tarde, le toca la de la polio, la triple (difteria, tétanos y tos ferina), la haemophilus influenzae tipo B, la de neumococo y la segunda dosis de hepatitis. Todas son inyectadas, menos la de la polio que se administra en gotas.

Las vacunas suelen generar leves efectos secundarios en las 48 ó 72 horas posteriores a su aplicación, como fiebre, irritabilidad o ulceración en la zona de la inyección. Para estos casos UNICEF recomienda que se le proporcione más cantidad de leche materna, una buena alimentación y abundantes líquidos. Es importante que si los síntomas persisten se acuda al médico.

Cuando se le van a administrar vacunas a un niño es básico que el pediatra les explique a los padres en qué consiste la vacuna, cuáles son los riesgos y para qué sirve, con la finalidad de que éstos sepan qué esperar en cada caso.

Una de las acciones que le brinda al bebé mayores anticuerpos que lo protegen de enfermedades es la lactancia materna. La leche amarilla y espesa que se produce durante los primeros días después del parto inmuniza naturalmente al pequeño contra la neumonía y la diarrea, entre otras afecciones. Mientras el niño sea amamantado contará con esa protección.
Los especialistas recomiendan cumplir con todo el esquema de vacunación para evitar que enfermedades fatales ataquen al infante. Los padres tienen la responsabilidad de llevarlos a los centros de salud para que se las administren y mantener a través de las tarjetas de vacunación el control de las inmunizaciones. Vacunar a un niño es darle la oportunidad de llevar una vida sana en la que puede desarrollar todas sus capacidades a plenitud.

Según S.V.P.P., la primera vacuna que debe recibir el recién nacido es la que lo protege contra la tuberculosis (BCG). A los 15 días le debe seguir la de la Hepatitis B y, más tarde, le toca la de la polio, la triple (difteria, tétanos y tos ferina), la haemophilus influenzae tipo B, la de neumococo y la segunda dosis de hepatitis. Todas son inyectadas, menos la de la polio que se administra en gotas.

Las vacunas suelen generar leves efectos secundarios en las 48 ó 72 horas posteriores a su aplicación, como fiebre, irritabilidad o ulceración en la zona de la inyección. Para estos casos UNICEF recomienda que se le proporcione más cantidad de leche materna, una buena alimentación y abundantes líquidos. Es importante que si los síntomas persisten se acuda al médico.

Cuando se le van a administrar vacunas a un niño es básico que el pediatra les explique a los padres en qué consiste la vacuna, cuáles son los riesgos y para qué sirve, con la finalidad de que éstos sepan qué esperar en cada caso.

Una de las acciones que le brinda al bebé mayores anticuerpos que lo protegen de enfermedades es la lactancia materna. La leche amarilla y espesa que se produce durante los primeros días después del parto inmuniza naturalmente al pequeño contra la neumonía y la diarrea, entre otras afecciones. Mientras el niño sea amamantado contará con esa protección.
Los especialistas recomiendan cumplir con todo el esquema de vacunación para evitar que enfermedades fatales ataquen al infante. Los padres tienen la responsabilidad de llevarlos a los centros de salud para que se las administren y mantener a través de las tarjetas de vacunación el control de las inmunizaciones. Vacunar a un niño es darle la oportunidad de llevar una vida sana en la que puede desarrollar todas sus capacidades a plenitud.

Según S.V.P.P., la primera vacuna que debe recibir el recién nacido es la que lo protege contra la tuberculosis (BCG). A los 15 días le debe seguir la de la Hepatitis B y, más tarde, le toca la de la polio, la triple (difteria, tétanos y tos ferina), la haemophilus influenzae tipo B, la de neumococo y la segunda dosis de hepatitis. Todas son inyectadas, menos la de la polio que se administra en gotas.

Las vacunas suelen generar leves efectos secundarios en las 48 ó 72 horas posteriores a su aplicación, como fiebre, irritabilidad o ulceración en la zona de la inyección. Para estos casos UNICEF recomienda que se le proporcione más cantidad de leche materna, una buena alimentación y abundantes líquidos. Es importante que si los síntomas persisten se acuda al médico.

Cuando se le van a administrar vacunas a un niño es básico que el pediatra les explique a los padres en qué consiste la vacuna, cuáles son los riesgos y para qué sirve, con la finalidad de que éstos sepan qué esperar en cada caso.

Una de las acciones que le brinda al bebé mayores anticuerpos que lo protegen de enfermedades es la lactancia materna. La leche amarilla y espesa que se produce durante los primeros días después del parto inmuniza naturalmente al pequeño contra la neumonía y la diarrea, entre otras afecciones. Mientras el niño sea amamantado contará con esa protección.

Los especialistas recomiendan cumplir con todo el esquema de vacunación para evitar que enfermedades fatales ataquen al infante. Los padres tienen la responsabilidad de llevarlos a los centros de salud para que se las administren y mantener a través de las tarjetas de vacunación el control de las inmunizaciones. Vacunar a un niño es darle la oportunidad de llevar una vida sana en la que puede desarrollar todas sus capacidades a plenitud.

Según S.V.P.P., la primera vacuna que debe recibir el recién nacido es la que lo protege contra la tuberculosis (BCG). A los 15 días le debe seguir la de la Hepatitis B y, más tarde, le toca la de la polio, la triple (difteria, tétanos y tos ferina), la haemophilus influenzae tipo B, la de neumococo y la segunda dosis de hepatitis. Todas son inyectadas, menos la de la polio que se administra en gotas.

Las vacunas suelen generar leves efectos secundarios en las 48 ó 72 horas posteriores a su aplicación, como fiebre, irritabilidad o ulceración en la zona de la inyección. Para estos casos UNICEF recomienda que se le proporcione más cantidad de leche materna, una buena alimentación y abundantes líquidos. Es importante que si los síntomas persisten se acuda al médico.

Cuando se le van a administrar vacunas a un niño es básico que el pediatra les explique a los padres en qué consiste la vacuna, cuáles son los riesgos y para qué sirve, con la finalidad de que éstos sepan qué esperar en cada caso.

Una de las acciones que le brinda al bebé mayores anticuerpos que lo protegen de enfermedades es la lactancia materna. La leche amarilla y espesa que se produce durante los primeros días después del parto inmuniza naturalmente al pequeño contra la neumonía y la diarrea, entre otras afecciones. Mientras el niño sea amamantado contará con esa protección.

Los especialistas recomiendan cumplir con todo el esquema de vacunación para evitar que enfermedades fatales ataquen al infante. Los padres tienen la responsabilidad de llevarlos a los centros de salud para que se las administren y mantener a través de las tarjetas de vacunación el control de las inmunizaciones. Vacunar a un niño es darle la oportunidad de llevar una vida sana en la que puede desarrollar todas sus capacidades a plenitud.

Según S.V.P.P., la primera vacuna que debe recibir el recién nacido es la que lo protege contra la tuberculosis (BCG). A los 15 días le debe seguir la de la Hepatitis B y, más tarde, le toca la de la polio, la triple (difteria, tétanos y tos ferina), la haemophilus influenzae tipo B, la de neumococo y la segunda dosis de hepatitis. Todas son inyectadas, menos la de la polio que se administra en gotas.

Las vacunas suelen generar leves efectos secundarios en las 48 ó 72 horas posteriores a su aplicación, como fiebre, irritabilidad o ulceración en la zona de la inyección. Para estos casos UNICEF recomienda que se le proporcione más cantidad de leche materna, una buena alimentación y abundantes líquidos. Es importante que si los síntomas persisten se acuda al médico.

Cuando se le van a administrar vacunas a un niño es básico que el pediatra les explique a los padres en qué consiste la vacuna, cuáles son los riesgos y para qué sirve, con la finalidad de que éstos sepan qué esperar en cada caso.



Fuente: Normas Nacionales de Vacunación. Actualizado Marzo 2010.
Ministerio de Salud.
Edad BCG SABIN Quíntuple (3) Hepatitis B dT
(dTaP) Triple Viral Hepatitis A FA (7) FHA (8) R.Nacido Única
dosis 1 D.
(4) 2 ms. 1ª D. 1ª D. 4 ms. 2ª D. 2ª D. 6 ms.
3ª D. 3ª D. 12 ms. 1ª D. 1 D. 1 D. 18 ms. R. R. (2) [Cuádruple]
Ing.Escolar/6a. R. R. (1)
(DPT) R. (1) 2ª D. 11 años Iniciar o
completar (4') R. (1')
[dTaP] Iniciar o
completar (5) 15 años 1 D. 16 años R. (1'')
Embarazadas R. Post-parto Doble viral (6) c/ 10 años
R. (1'') R. (1) Se aplica Triple bacteriana (DPT: Difteria/Coqueluche/Tétanos) hasta los 6 años inclusive.
Si el niño tiene 7 años cumplidos, debe aplicarse Doble (dT: Difteria/Tétanos).
(1') Se está implementando la aplicación de triple bacteriana acelular (dTaP) en esta edad.
(1'') Los que iniciaron con la dTaP, a partir de los 21 años.
(2) La vacuna Cuádruple se compone de DPT (Difteria/Tétanos/Coqueluche) + Antihaemophilus influenzae tipo b.
(3) La vacuna Quíntuple se compone de DPT + Antihaemophilus influenzae tipo b + Hepatitis B.
Nota del autor: Se la incorporó al calendario en Septiembre de 2008 como vacuna PENTAVALENTE, haciendo alusión a
sus 5 componentes. En atención a una mejor comprensión por parte de la población y teniendo en cuenta que la vacuna
anterior se denominaba Cuádruple, debería conocerse como QUÍNTUPLE.
(4) La vacuna antihepatitis B, se aplica antes de las 12 horas de producido el nacimiento.
(4') Deben iniciarse esquemas en aquellos niños que no hubieran recibido ninguna dosis o completarlos con las dosis
que restan aplicar. En esta edad se usa el esquema clásico de tres dosis (0-1-6 meses).
(5) Sólo deben vacunarse aquellos niños o niñas que no tengan dos dosis aplicadas anteriormente.
(6) Debe aplicarse en el post-parto o post-aborto inmediato por única vez, en aquellas mujeres que no tengan dos
dosis aplicadas anteriormente.
(7) Para residentes o viajeros a zonas de riesgo. Se renueva cada 10 años por norma internacional.
(8) A partir de esta edad, para residentes o viajeros a zonas de riesgo. Desde fines del 2001, en algunos sectores
del país se ha utilizado la vacuna Doble viral en reemplazo de la Triple viral, debido a la falta de esta última en las
licitaciones internacionales. La Doble viral en cuestión no contiene el componente antiparotiditis, por lo que debe tenerse
en cuenta a los fines epidemiológicos.
Desde Marzo de 2007 se retira el refuerzo de vacuna BCG al Ingreso escolar.
ABREVIATURAS: ms:meses. D:dosis. R:refuerzo. dT:Vacuna Doble bacteriana (antitetánica + antidiftérica).
dTaP:Vacuna Triple bacteriana acelular (antitetánica + antidiftérica + anticoqueluchosa acelular). DPT:Vacuna Triple
bacteriana (antitetánica + antidiftérica + anticoqueluchosa). FA:Vacuna antiamarílica. FHA:Vacuna anti-Fiebre
Hemorrágica Argentina. SRP:Vacuna Triple viral (antisarampionosa + antirrubeólica + antiparotidítica). SR:Vacuna Doble
viral (antisarampionosa + antirrubeólica)












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